El diputado de ERC Gabriel Rufián ha vuelto a ser víctima de amenazas y acoso a través de redes sociales. El político se enfrentaba duramente hace apenas unas semanas al expresidente del Gobierno, José María Aznar, en la comisión de investigación sobre la presunta financiación ilegal del PP. Tildó a Aznar de ser "el padrino del cártel" y de "carcelero", argumentando que en la boda de su hija solo quedaban libres los camareros. Ahora, la polémica ha aumentado después de que Rufián reciba graves amenazas a través de la red social de Twitter.

Denuncia amenazas de muerte a su familia en redes

Hace tan sólo dos meses, el diputado de ERC denunciaba una amenaza de muerte a su familia lamentando que se producen de forma constante, mostrando incluso el contenido de la carta recibida donde se podía apreciar que hablaban de su mujer e hijo. El contenido de la carta era, cuanto menos, alarmante. Se podían leer algunas frases intimidatorias como: "de la cárcel se sale, del cementerio no” o “ahora me toca a mi entrar en tu vida”. No obstante, aquí no han acabado las amenazas para el diputado, pues nuevamente Rufián se ha dirigido a la benemérita para que frenen los insultos y amenazas hacia su familia.

El diputado pide ayuda a la Guardia Civil

Ocurrió concretamente el pasado 1 de octubre, cuando el político recibió un mensaje en Twitter sobre su familia deseando que se les fusilara, con duros ataques vertidos incluso contra su hijo, a quien se llegaron a referir como "la mierda que sea eso que llevas de la mano”.

Rufián ha pedido ayuda a la Guardia Civil haciendo constar que no es de Ciudadanos, motivo por el cual puede que tengan menos importancia los insultos y las amenazas que recibe.

Con todo, el político de ERC ha constatado que el usuario que le envía dichos mensajes cargados de odio es Guardia Civil, como se puede apreciar en las imágenes que le envía mientras se envuelve en banderas de España.

Un tribunal determinó que no era delito desear la muerte al hijo de Rufián

Pese a este duro ataque, este asunto ya fue llevado a los tribunales de Justicia en diciembre del año 2017, donde deseaban la muerte al hijo del diputado.

Sin embargo, el juzgado de Granada que llevó el caso llegaba a determinar que no se trataba de un delito de incitación al odio. No obstante, todo indica que los insultos, las amenazas y los ataques están generalizándose para los políticos de izquierdas y sus familias. Los últimos de ellos en recibir ataques eran Pablo Iglesias e Irene Montero, quienes han encontrado excrementos en los buzones de su casa de Galapagar.