Los colaboradores de Sálvame suelen contar anécdotas importantes de su vida en el plató. En esta oportunidad fue Carlota Corredera quien habló de su boda. Explicó un incidente algo bochornoso y cómico a la vez relacionado con Kiko Hernández. Sus compañeros estaban a la espera de su anécdota, pues Carlota Corredera no paraba de reír antes de comenzar su relato.

Anécdota sobre la boda

En honor a Mila Ximénez, quien regresaba de vacaciones, Carlota Corredera vestía un hermoso vestido blanco y una corona de flores. El vestuario hizo recordar un incidente de lo más gracioso sucedido en su boda.

Los protagonistas de la hotoria era ella y Kiko Hernández,que estaba en calidad de invitado en la ceremonia. Ella comentó que alguien había pasado con una bandeja de salmorejo, la tropezó y salió volando por su culpa.

Kiko Hernández la animaba diciendo “Dilo, dilo”, a manera que no se detuviese en su relato. Esta prosiguió diciendo que cuando volteó pudo ver a su compañero con la espalda toda llena de salmorejo, goteando en su espalda. De acuerdo con esto, Kiko Hernández comentó que esa era la razón por la que se iba temprano de las bodas. Kiko Hernández no parecía molesto, incluso estaba algo divertido de recordar el incidente. La misma actitud fue tomada por la presentadora, se notaba a leguas que contar la historia le divertía.

Suposiciones ante las acciones

Carlota Corredera aseguró que este tipo de cosas solo le pasaban a Kiko Hernández. La presentadora admitió que la cara de Kiko era todo un poema. De seguro pensaba en el momento que solo por ser el día de su boda no la lanzaba por el ático. De cualquier modo, ya la anécdota estaba contada, y no era algo como para morirse.

La audiencia ya está acostumbrada a los relatos de Corredera sobre su boda.

A pesar de que Kiko Hernández no mostró molestia por contar ese hecho, parece que sí le dio importancia al asunto. Puesto que tiempo después comenzó a comer tras bastidores unas zanahorias crudas que pertenecían a Corredera. La presentadora le pidió que dejase de comerse sus zanahorias, pero este hizo caso omiso a la petición, es por ello que le hizo una invitación al colaborador para que fuera a trabajar y además preguntó que si tenía la solitaria.

Estos colaboradores viven haciéndose la vida imposible en el plató, además de sacarse los trapitos al sol delante de todos. Aunque parezca mentira este tipo de situaciones es lo que hace divertido el programa, lo bueno es que estos no se toman a pecho los problemas.