Con la nueva dirección de Supervivientes 2018 no se juega. Por si alguien albergaba alguna duda de lo que podía pasar en esta nueva edición tras los avisos de la productora y la dirección de que, a diferencia de lo que había venido ocurriendo en otros años, iban a dejar de ser tan permisivos en busca de endurecer el concurso y poner más caro el triunfo final, ya se le debe haber disipado.La expulsión de Saray Montoya tras sobrepasar todos los límites del respeto y de la violencia con Romina Malaspina así lo confirmaban. También las pocas ganas de los encargados de que todo salga de diez en la presente edición de parar los pies a Adrián González o a María Lapiedra cuando estos dijeron que se querían marchar.

Si alguien no está a gusto, ya sabe donde está la puerta.

La dirección de Supervivientes, más dura que nunca

Conocedores de todo esto, y aún así, los concursantes de este año -como por otro lado sucede en cada edición- decidían jugársela y poner a prueba hasta dónde llegan los tentáculos de los supervisores en Cayo Cochinos rompiendo una de las prohibiciones que estos tienen y que tiene que ver con la imposibilidad de conversar con el otro grupo de concursantes que se encuentra disfrutando de otro tipo de comodidades tras la verja.

A pesar de que algunos de los jueces se lo han tenido que recordar en varias ocasiones cada vez que alguno de ellos se acercaba de más a la zona fronteriza, estos hicieron caso omiso y mantuvieron una comunicación que les ha salido muy cara.

Concretamente una sanción que les supone la pérdida de dos latas de comida en una semana en la que la despensa ya está bajo mínimos y donde las necesidades se están haciendo más latentes que nunca.

No se descartan próximas expulsiones en SV 2018

Por si esto fuera poco, la dirección de Supervivientes 2018 les recordaba que, si bien infringir las normas lleva una determinada sanción, la reiteración en estas actitudes conlleva, con ha venido sucediendo en las ediciones pasadas, tal y como recogen los reglamentos que todos firman, con la expulsión de aquellos que reinciden.

Es por eso que no sería nada de extrañar que, en las próximas semanas, si las condiciones de vida se complican y las necesidades aprietan aún más, como debería ser normal, alguno caiga en la tentación de poner a prueba la habilidad de los jueces a la hora de pillar saltadas de normas jugándose así su expulsión del reality show. Poca broma con la dirección de SV 2018.