La bautizada como nueva reina de corazones, y que algunos ya ven como la reina de las portadas del papel cuché en cuestión de muy poco tiempo, ya sabe lo que se le viene encima en los próximos años... y quién sabe si el resto de su vida.

Hablamos del que se trataba de su primer gran evento en forma de estreno como famosa de pleno derecho en la discoteca Gabana Club de la capital de España en la que fue la gran atracción mediática. No obstante, se trataba de su dieciocho cumpleaños. Allí iban a estar tanto ella como su novio Lobo, el chico de la papada y las ojeras que la vuelve loca, su madre Terelu Campos y su abuela la mítica presentadora María Teresa Campos, además de su padre y otros familiares y amigos.

Si bien se preveía que no fueran precisamente pocos los medios de comunicación que acudieran al evento programado con antelación, y que serviría de primer gran acto público de la recién estrenada como mayor de edad, la reacción que sufrió la gran protagonista de la noche ha dejado claro que a lo que esta chica se enfrenta no es nada fácil.

Lágrimas y presión de Alejandra Rubio en su estreno

Con docenas de flashes saltándole a la cara en el photocall, con decenas de micrófonos asaltándole a cada paso tras salir del coche y entrar y salir de la discoteca, y lo que empieza a pasarle ya cada vez que se mueve en público, no le están sentando nada bien a la buena de Alejandra Rubio.

Al contrario. La joven se derrumbaba durante su fiesta de cumpleaños protagonizando un serio percance que pone sobre aviso de la necesidad de que su familia y su entorno ponga barreras de por medio para evitar que lo que algunos han descrito como un ataque de ansiedad no vaya a mayores.

La hija de Terelu, en shock

Y es que, sobre este tema, su propia madre, y en mitad de la fiesta, se veía obligada a informar a los medios de que su hija no lo estaba pasando bien: "Se ha asustado mucho, no podía ni entrar. Ha sido como un terremoto, un tsunami”. Tal era la situación de tensión que los compañeros de Lecturas no tardaban en calificar en su crónica lo sucedido como un nivel de "presión" que la dejaba en "shock" y le llevaba a llorar.

A pesar de mostrarse alegre, feliz con la sobreexposición a la que se muestra en las redes sociales ante sus decenas de miles de seguidores, y de su afán por ser el centro de las miradas, Alejandra Rubio se ha dado cuenta de que la realidad es mucho más dura de lo que lo son las redes. Su futuro parece condenado al famoseo si ella no le pone freno virando sus apariciones públicas.