Se avecina una nueva tormenta que ya está naciendo y cogiendo forma de estela y en paralelo al culebrón del año que relaciona a Gustavo González y a María Lapiedra.

Como si fuera imposible acabar de estirar un chicle del parece imposible barruntar cuánto más va a dar de sí, los distintos tentáculos que van apareciendo y abriéndose paso relacionados con la relación del paparazzo y la que fuera actriz de cine para adultos empieza a ensuciarse de tal manera que parece imposible que la cosa pueda acabar bien.

Y es que, en las últimas horas, se filtraban una serie de imágenes grabadas y emitidas sin el consentimiento de los dos protagonistas que aparecen en pantalla y en las que se puede apreciar claramente como los dos colaboradores del programa implicados están tonteando, flirteando y teniendo un acercamiento que muy poco se parece al meramente profesional que mantienen con el resto de miembros del equipo.

Hablamos de Kiko Hernández y María Lapiedra y las imágenes que el que fuera concursante de Gran Hermano ha tratado de evitar por todos los medios indicando que si veían la luz podría abandonar su puesto y que están levantando tanta polvareda como celos entre el afectado por este 'acaramelamiento' inesperado.

Con ambos en el sofá del programa durante una pausa publicitaria en la que pensaban nadie les escuchaba y mucho menos grababa, María Lapiedra le revela a Kiko que se siente defraudada por el hecho de que su chico no le hubiera defendido cuando María Patiño le atacó duramente. De ahí que no saltara cuando este le criticaba al fotógrafo. "Diente por diente".

Era entonces cuando Hernández, aprovechaba para espetarle que, "además, yo te gusto".

A lo que la rubia, con una mirada cómplice y vergonzosa respondía "¡Qué malo eres!".

Ni corto ni perezoso, el madrileño preguntaba entonces a la catalana si le gustaba más Gustavo o él. Ante la ausencia de respuesta, el ex de Gran Hermano volvía a la carga hasta que conseguía que esta respondiese que no dijera "eso" repitiéndole lo de "¡Qué malo eres!" y esbozando una sonrisa.

Trío amoroso en Sálvame

La conversación siguió por esos derroteros y Kiko no dudó en piropearla hablando de o bien que esta sale en las fotos lo que sacaba los colores a su compañera de sofá. La cosa iba a más.

Todo esto lo vio después Gustavo González y la reacción fue la que cabía esperar. Estaba molesto. Su cara era un poema y se limitaba a asegurar que tras lo visto tenía una conversación pendiente con su chica. Crisis a la vista.