Cuando muchos creíamos que aquello de hipotecar tu palabra, tu nombre y tu futuro a cambio de unos meses de gloria en la televisión de máxima recaudación económica era ya una fase más propia de los noventa y los dos mil claramente superada nos estamos dando cuenta que ni mucho menos.
Al menos eso es lo que están dejando cada día más claro personajes televisivos a los que todos vilipendian sin piedad mientras cuentan historias más dignas de un culebrón de que cualquier vida real estirando el chicle de una fama que pocos dudan se acabará revirtiendo en su contra más antes que después.
Y es que artículos como el que publican nuestros compañeros de EsDiario revelando todas las mentiras que el gran personaje de las tertulias de corazón de Telecinco como María Lapiedra ha venido soltando desde que su nombre se ha alzado a lo más alto del candelero mediático deja muy poco lugar a la duda.
La primera de todas ellas en la que habrían cazado a Lapiedra y que habría dado pie a investigar para conocer su situación actual y su presunto pacto con su marido habría sido la que indicaba que durante los 8 años de relación que ha mantenido con el fotógrafo fue la única. Algo que el Chismógrafo desmontaba asegurando que varias fuentes le habrían confirmado que esta iba asegurando que sabía que cuando estaban juntos este ya "se acostaba con otras".
Un carrusel de falsedades que, según estos, vendría provocada por la necesidad económica ya que la que fuera actriz de cine para adultos ha llegado a pasar por una situación económica límite que le llevaba a sacar a su hija de la guardería y a cambiar de piso dos veces por no poder afrontar el alquiler con los escasos 70 euros limpios que esta se lograba sacar con sus colaboraciones en Cazamariposas.
Se cae el personaje de Lapiedra
Una cifra, esta última, que habría logrado multiplicar por muchísimo con toda una historia construida expresamente para aliviar la situación de las arcas.
Y es que, según la publicación de marras, la rubia también habría tenido una serie de problemas con Hacienda que le habrían conminado a buscarse las habichuelas a golpe de exclusiva.
De hecho, tal sería el teatrillo que estos tendrían supuestamente montado, que su todavía marido, Mark Hamilton, sabedor de que quedar como cornudo es mejor que no costearse los lujos, estaría completamente al tanto de todas las historias que estos van soltando en antena con antelación a la espera de que durante este año consigan afianzar una caja lo suficientemente llena como para empezar a vivir con tranquilidad.