Quién se lo iba a decir a él hace un par de años cuando finalizaba la que ahora se ha confirmado fue la última gran reforma llevada a cabo en las casas de sus sueños que muy pronto tendría que deshacerse de sus dos bienes más preciados.

Mucho han cambiado las cosas desde aquello. Lo que entonces este veía como el lugar idóneo para ese retiro dorado que cada vez siente más cerca, ahora se han convertido en dos chalets de puro lujo que se ha visto obligado a poner a la venta, a pesar de que le ha costado dios y ayuda tomar una decisión que le duele en el alma.

Concretamente hablamos de dos palacetes que Kiko Hernández posee en una de las zonas nobles de la capital de España y que este asegura en la portada de una conocida revista vende por medio millón de euros, en el caso de la más grande, la conocida como "Villa Chatín" y por otros 300.000 euros la de menor tamaño pero igualmente majestuosa.

Dos inmuebles que este conseguía adquirir en propiedad tras muchos años de trabajo que empezara tras abandonar Gran Hermano y sumergirse en el mundo de la comunicación y ahora mismo se han vuelto un estorbo a corto plazo, pero sobretodo a medio y largo.

Y es que, tal y como este asegura al papel cuché, no hay una razón sino dos para desprenderse de lo que no es más que un quebradero de cabeza en estos momentos para su vida: sus dos mellizas, Abril y Jimena.

Y es que, según el madrileño, se trata de dos casas "llenas de peligros" para dos recién nacidas que pronto empezarán a corretear por toda la casa, habiendo escaleras y todo tipo de incomodidades que no quiere puedan ocasionarles algún daño.

Kiko Hernández antepone su familia a sus sueños de toda una vida

Además de dos pisos, estos chalets tienen "varias terrazas, porches y cristaleras, salas de juegos, gimnasio, bodega", interpretando cada uno de estos departamentos como a cuál más peligroso para cuando estos primeros gateos se extiendan por todo el edificio, por no hablar del enorme jardín del que dispone.

Con todo esto, y a pesar de dolerle en el alma, se ve obligado a vender ambos inmuebles y marcharse a un piso de una sola altura, que aun siendo grande como necesita, no posea tantas "trampas" para el crecimiento en la máxima seguridad de sus dos ojitos que desde hace pocos meses rigen su vida. Ojo porque no descartaba ampliar la familia a corto y medio plazo. Más motivos si cabe para acabar de decidirse con una venta que espera cerrar en los próximos meses.