En el mundo de la televisión, y más concretamente en los programas polémicos en los que las broncas entre unos y otros son habituales, suele haber dos tipos de personajes.
Por un lado, los azotadores, que aprovechándose de su dilatada experiencia y del escudo con el que cuentan de instancias superiores, se atreven a tomar actitudes, tonos y formas que de otra manera ni se podrían plantear acoger.
Por otro, los azotados, que para sobrevivir en una fauna como la que convive cada día en espacios como Sálvame o Sábado Deluxe, y eso significa llevarse un sueldo diario que la inmensa mayoría de los españoles para conseguir en un mes, tiene que aguantar carros y carretas.
Roles que siempre se respetan y rara vez se invierten, salvo en el caso de movimientos "suicidas" o de visitar externas que vienen a desestabilizar el "status quo" del programa y que tan asombrados dejan a la audiencia las contadas veces que esto sucede.
Así sucedía, por ejemplo, con la llegada al espacio diario de Carlos Lozano, nuevo defensor del espectador, cuya labor es "dar caña" a los tertulianos de este espacio haciéndose eco de las críticas de los espectadores.
Algo que le costaba el ostracismo del resto de integrantes de este espacio y llevaba a varios medios a publicar que el jefe de Telecinco podría echarlo tras una supuesta petición expresa de Belén Esteban.
Cuando ese ambiente parecía calmado, en las últimas horas vivíamos un episodio mucho más potente en relación al cuestionamiento de los roles de este formato como nunca lo habíamos visto.
Lo hacíamos de la mano del inesperado Kiko Matamoros, quien además de pasar por caja para cargar las cuentas bancarias, aprovechaba para saldar alguna cuenta pendiente que este tenía azotando como nunca a Belén Esteban y María Patiño, quienes no tardaron en saltar a su cuello para defender lo que es suyo ante el que ya se puede calificar como su nuevo "enemigo".
Intercambio de roles en Sálvame
Aseveraciones del tamaño de "se os ha comido vuestro personaje" o acusaciones a los encargados de hacer el programa como la que aseguraba que a algunos "como Belén Esteban", se "les protege excesivamente" sin que esto les ayude en nada hacían saltar como un resorte a estas.
La gallega, harta de que le están dando lecciones sin parar en las últimas fechas, le plantó cara a un Kiko que, lejos de amedrentarse, levantaba la voz indicándole que pensara por qué se las están dando en lugar de echar pestes sobre el mundo como si conspiraran contra ella. Dos pesos pesados ridiculizados en media hora. Lo nunca visto en Sálvame.