Se acabó el vacío al pensar "he acabado una serie, ¿qué hago con mi vida?Nunca volveré a ver una serie como esta" y demás agujeros negros de la existencia humana que nos ahogan, constriñen y asfixian al terminar una serie.

Mindhunter: una serie con buen sabor de boca

Pues bien, realmente mi escepticismo y mis prejuicios se encontraban por las nubes en lo que al género policíaco se refiere. Hace tiempo que terminé True Detective (la primera temporada), llenando el hueco en mi corazón con otras Series de diversos géneros. Lo cierto es que no me gusta comparar géneros entre sí.

Opino que es bastante difícil equiparar la calidad de Breaking Bad con Juego de Tronos, ya que, en cuanto a trama se refiere, no tienen nada que ver.

Tras las andanzas de Rusty y Marty, no había visto nada (del género, insisto) que me hubiese gustado, emocionado y creado un crush amoroso tan salvaje. Aquí vienen los ingredientes para un cóctel detectivesco perfecto:

  • David Fincher a la dirección
  • Crímenes repletos de creatividad
  • Personajes con personalidades marcadas y extravagantes
  • Ahondamiento en las psiques más desquiciadas de la década

¿Mindhunter sin picarte el gusanillo?

Vamos con la sinopsis (sin spoilers). En los años 70, el agente especial del FBI Holden Ford (Jonathan Groff) se da cuenta de que el crimen ha cambiado.

Ya no hay un móvil, no hay pistas que lleven al amante despechado o al hijo desheredado. Los criminales ahora son "locos" que matan sin seguir un patrón concreto.

Junto a su compañero veterano Bill Tench (Holt McCallany), miembro del departamento de Ciencia del Comportamiento, comenzarán a introducir la psicología y el psicoanálisis aplicado directamente a sus casos para intentar comprenderlos y resolverlos más eficientemente.

No quiero desvelar muchos más detalles de esta serie, aunque poco os podrían destripar ya que se disfruta visualizándola y apreciando todos los detalles del fantástico guión que tiene.

Es una de esas series donde los personajes se disfrutan hasta el más mínimo detalle. Se nota que están trabajados y que son realistas y no caen en estereotipos forzados (propios de la exageración televisiva donde muchos apenas parecen humanos).

Poseen reacciones con las que te puedes sentir identificado y situaciones domésticas plausibles, dentro de lo que provee la ficción.

Entrando al terreno personal, vi la primera temporada en apenas una semana. Los últimos seis capítulos me los merendé en una maratón irrepetible. Puede sonar exagerado, pero realmente me emociono sobremanera cuando veo cosas como esta que está bien desarrollada, bien documentada y bien estructurada.