Las relaciones personales marcan nuestras vidas. Sobre todo lo hacen aquellas en las que nos implicamos profundamente y en las que, casi sin querer, generan ciertos lazos de dependencia que el día que por "h" o por "b" se rompen dejan para siempre una cicatriz que tarda más que mucho tiempo en sanar.
Algo a lo que se exponen constantemente los rostros más famosos de la televisión donde centenares de fans, clubs de fans y amigos de amigos tratan de llegar todos los días a ellos para conocerlos en persona. Situación que provoca que, a menudo, muchos de ellos acaben acercándose muy mucho a aquellos quienes adoran, claro está, cuando se trata de personajes accesibles.
Ese parece ser el caso de la colaboradora de Sálvame, Lydia Lozano, quien dado su afable forma de ser, llegó a mantener una fortísima amistad con una admiradora de su labor en el programa de corazón decano de la televisión española que las convertiría en poco tiempo en casi íntimas amigas.
Tanto es así que esta no dudó en contarle asuntos personales, facilitarle datos tan íntimos como su teléfono personal y todo lo que se hace con los más allegados. Una situación que se extendería durante, al menos, tres años antes de que todo se cayera de la manera más brusca y traumática, al menos para Lozano.
En un momento dado, Lydia se dio cuenta que su admiradora - amiga estaba extralimitándose en su relación de confianza con la periodista hasta el punto de facilitar su teléfono a otras fans, lo que provocó que esta se enfadara y tuviera una desagradable conversación con su admiradora que provocó que ambas se distanciasen.
Al menos por una parte, ya que según narraba la afectada en Sálvame, la otra parte no lo asumió y siguió, dejando entrever un caso de acoso sin nombrarlo, que según aseguran nuestros compañeros del portal Cotilleo le habría dejado "fuertes consecuencias psicológicas" de las que poco a poco se estaría encontrando mejor.
El otro gran miedo de Lydia Lozano
Además de volver a sufrir un caso como el de la fan desagradecida, Lydia Lozano asegura sufrir una "fobia" a quedarse paralítica que la tiene completamente acongojada. Una declaración que, como era de esperar, no ha sentado nada bien en ciertos sectores sociales que ya le han empezado a acusar de discriminar y señalar a personas que tan solo se diferencian de ella y del resto por su movilidad reducida. El lío parece acompañar a Lozano a cada palabra que esta emite.