Si hay dos personajes que saben en Sálvame lo que es la televisión, lo que vende y que los límites del buen gusto lo marcan los espectadores con el mano de su televisión por lo que no hay que avergonzarse de nada en antena, esos son Jorge Javier Vázquez y María Patiño.

Los protagonistas de escenas tales como la que recordamos en la foto principal de esta noticia y que se explica por sí misma viendo lo que ambos son capaces de hacer en busca de la complicidad de la audiencia y un subidón de share que respalde su show día tras día en las tardes de Telecinco, han vuelto a hacer de las suyas.

Algo que sucedía en los pasillos de la cadena en las últimas horas cuando desde el programa de corazón decano de la televisión patria se enteraban que uno de los personajes más buscados por la prensa del corazón, Kiko Rivera "Paquirrín", se encontraba en un plató aledaño de los estudios de la cadena de Fuencarral grabando una historia para otros compañeros.

Era entonces cuando se lo comunicaban a Jorge Javier Vázquez por pinganillo y este decidía, de la mano de la periodista gallega, salir en busca del estudio 6, donde estaba a punto de salir de su última aparición en la "caja tonta" para tratar de romper el silencio que impera en su vida privada y la de su familia de un tiempo a esta parte y que este se niega a quebrar.

Después de cerciorarse de que Kiko Rivera no estaba en el plató que creían sino en otro que les obligaba a salir a la carrera, estos dos pesos pesados de Sálvame, decidían arrancarse a dar zancadas bajo la lluvia en busca de unas imágenes y unas declaraciones que, de cualquier otra manera, tendrían que haber pagado y de qué manera.

Surrealismo "Made in Sálvame" en los estudios de Telecinco

Llegaron a tiempo, lo encontraron, le pusieron la cámara en la cara y la alcachofa en la boca. Sin embargo, este, sorprendido por la inesperada visita, se limitó a sonreír y mandar un beso a ambos y a todos los telespectadores del programa con una cara pilla, dejando entrever que sus palabras tienen un precio y que este se asemeja más al del platino que al del oro.

Una escena de lo más patética que provocó momentos surrealistas y que, además, no sirvió para absolutamente nada más que para rellenar minutos de televisión en directo... y claro está, para que no pocos medios, como aquí estamos haciendo, recojamos el bochorno que tuvieron que soportar los seguidores del programa más rosa de la pequeña pantalla en este país. Todo por el show.