La fama y los enormes ingresos que van aparejados a ciertos personajes públicos normalmente llevan aparejadas otras muchas desventajas como bien conocen algunos de los famosos más expuestos a la actividad mediática de los medios de comunicación.

La pérdida de privacidad, la tremenda exposición a los rumores, las críticas, y a menudo todo tipo de bulos o insultos irreproducibles son algunas de las cargas que estos tienen que soportar y que a menudo muchos resolvemos con la sentencia de que aquello "va en el sueldo".

Una situación que ha acompañado a las celebrities desde el inicio de los tiempos pero que desde la democratización de internet, y muy especialmente de la mano del auge de las redes sociales como el que estamos viviendo, se ha ido recrudeciendo hasta el punto de tener consecuencias muy serias sobre las vidas de los afectados.

Algo que bien sabe el protagonista de esta historia, Kiko Hernández, quien durante esta semana -y como ya le ocurriera antes a otros muchos personajes conocidos- era víctima de un bulo que no tardaba en dar la vuelta a las redes sociales haciéndose la famosa bola de las redes sociales que todo lo se lleva por delante.

Esta información que le concernía y cuya única intención era hacerle daño de la manera más gratuita decía que el colaborador de Sálvame y ex Gran Hermano había fallecido. Información que no nacía tras ningún percance, accidente o a raíz de que otra persona con la que compartiera nombre y apellidos hubiera sufrido el peor de los finales. Se trataba del clásico ataques sin más encaminado a molestar al afectado.

Algo que este, dado que en el momento de la publicación y cuando empezó a correr el bulo no estaba en ninguno de los programas que colabora, le obligó a tener que echar mano a las redes sociales propias y de conocidos para desmentir lo que ya era imparable. Tanto es así que este no paraba de recibir llamadas y mensajes de familiares y conocidos muy preocupados.

La noticia sobre la muerte de Kiko Hernández

Según sus palabras, lleva ya unos cuantos días recibiendo "la llamada de un familiar, llorando y llamando a mi familia y a mis padres por si es verdad que ha pasado esto". Como se ve el tema le está afectando mucho más de lo que cabría esperar, por lo que ha decidido tomar en cartas en el asunto poniéndolo "en manos de mis abogados", tal y como este aseguraba en antena.

Indignado, con el rostro desencajado y perdiendo las formas Kiko Hernández calificaba como "desgraciados" y "sinvergüenzas" a los causantes de tanto daño. Veremos cómo acaba la cosa.