Hasta aquí hemos llegado. Así lo expresaba el presentador Jorge Javier Vázquez en nombre de todo el equipo de Supervivientes 2017 en la gala de ayer. La razón no ha sido otra que la comprobación de que los participantes de la presente edición del reality show más duro de la televisión en España no tienen la más mínima intención de cumplir los distintos castigos que la organización les pone a su paso por el programa.

Alba Carrillo y Paola, sancionadas

La gota que colmó en vaso fue el pitorreo con el que se tomaron esta semana Alba y Paola el hecho de que ambas tuvieran que estar atadas por los tobillos.

Así lo indicaba la sanción que les fue interpuesta a las dos hace unos días. Ellas, sin embargo, decidieron no atarse pensando que nada pasaría. Algo que no volverá a ocurrir de ninguna de las maneras.

Y es que, no es que aprovecharan los momentos sin cámaras para soltarse sus tobillos atados, sino que no se los ataron en ningún momento, tomando por "el pito del sereno" una penalización que es en este y el resto de realities de cumplimiento obligatorio. La dirección de Supervivientes quiso dejar claro que era una falta de respeto a las normas y, por tanto, tampoco a sus compañeros les saldría gratis. Con la Italiana expulsada por la audiencia se decidía que la otra infractora, la modelo, fuera finalmente sancionada.

La sanción todavía no está decidida, pero sea cual sea la que decidan aplicarle ya no se la podrá saltar.

Si lo hace, o ella o el resto de participantes que sean sancionados desde ahora y hasta que finalice el programa sufrirán la expulsión de forma automática, perdiendo así toda opción de conseguir el maletín con los 200.000 euros que se llevará el ganador de la presente edición.

Supervivientes se cansa de los concursantes de esta edición

Y es que la dirección del reality show está ya cansada de aguantar ciertas actitudes por parte de los concursantes. Han sido muy permisivos y se han aprovechado de la situación. Al menos hasta ahora. La dirección de "Supervivientes 2017" parece que ha entonado finalmente el mea culpa ante una audiencia que les ha calificado de muy suaves en una edición en la que la agresividad ha rallado niveles pocas veces vistos antes sin que haya habido consecuencias.

Después de haberlo pensado bien, parece que se arrepienten de no haber sido duros y prometen serlo desde ahora y hasta que acabe la presente edición. ¿Llegan a tiempo o es demasiado tarde? La audiencia lo juzgará. Corregir, eso sí, es de sabios.