En los últimos meses, una menor de edad ha venido copando gran parte de la actualidad mediática rosa en España. Ella no es otra que Andrea Janeiro, la hija de Jesulín de Ubrique y Belén Esteban, quien está a punto de convertirse en mayor de edad. Algo que tendrá lugar el próximo día 20 de julio, justo una semana antes de que se produzca la "reboda" de su padre y María José Campanario y a la que parece que, finalmente, no acudirá Andreíta, como se la conoce popularmente.
La hija de Belén Esteban
Y es que si hay algo que define el carácter de la hija de la Princesa del pueblo es, precisamente, su aversión a la fama, los medios de comunicación y todo lo que tenga que ver con la prensa rosa.
Después de haber crecido rodeada de cámaras y de polémica, ella tiene claro que no quiere entrar en ese juego, algo que apoya su madre, quien ha tratado de darle una sobreprotección que, a menudo, no ha podido evitar.
En este sentido, Andrea ha pasado por pasajes de lo más delicados que, tal y como se ha venido publicando, le podrían haber llevado a sufrir menosprecios por parte de sus compañeros de centro, siendo, cuando era más pequeña, el centro de las burlas llamándola "la Esteban" y teniendo que soportar todo tipo de comentarios sobre su madre, a la que ésta, valientemente, siempre defendía.
Andrea quiere evitar la fama
Unos capítulos oscuros que Andreíta ha tratado de olvidar rodeándose de muchos y buenos amigos después de que algunos de los primeros que hizo en su llegada al centro donde ha pasado la mayor parte de su tiempo educativo no los pudiera mantener.
Aunque nunca se ha podido comprobar, algunos de ellos podrían haber dejado de serlo por presión de sus padres, quienes nunca vieron con buenos ojos que sus vástagos hicieran buenas migas con una joven que disfrutaba de todo tipo de lujos: invitados estrella a sus cumpleaños, viajes por otros países para ver a sus ídolos y todo ello rodeado de unas cámaras que temieron les salpicara también a su entorno del centro en cuestión.
El pasado de Andrea Janeiro
Según comenta Vanitatis, respecto a esa dura etapa de la hija de Jesulín y Belén, a diferencia de otros conocidos suyos, Andreíta nunca actuó como la hija de nadie, rehusando hacer gala del dinero o la fama de su madre, y tratando de imponer su personalidad por encima de la de "hija de". Algo que, sin duda, la deja muy bien parada.
Ahora, con 18 años, tratará de seguir evitando esa etiqueta y las cámaras en el extranjero, donde parece que estudiará comunicación. Veremos si las cámaras le dejan tener una vida más o menos normal.