La sección "Un café con Susanna", del programa Espejo Público, recibía ayer como invitado al presidente de la asociación ultracatólica Hazte Oír, Ignacio Arsuaga. Protagonista desde hace meses por el lanzamiento de una campaña transfóbica consistente en hacer circular un autobús en el que se podía leer: "Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen". Por supuesto la entrevista transcurrió como se suponía, con un Arsuaga lanzando mensajes homófobos y transfóbicos disfrazados de buena voluntad. En las redes la reacción no se hizo esperar y se empezó a cuestionar la oportunidad de Antena 3 de dar voz a una organización claramente enemiga del colectivo LGBT, a pocos días de que se celebre el World Pride Madrid 2017.

El acontecimiento más importante del año, a nivel mundial, en favor de los derechos de las personas LGBT.

susanna griso comenzó la entrevista tratando de poner la máxima distancia posible entre los postulados de su entrevistado y la linea editorial del programa. Exponiendo en un vídeo recordatorio los antecedentes de la organización Hazte Oír, y su ya dilatada lista de polémicas públicas. Desde su oposición al matrimonio igualitario, pasando por las campañas contra la interrupción voluntaria del embarazo, en las que llegó a enfrentarse incluso al Partido Popular. Hasta llegar a la citada campaña del conocido autobús naranja. Susanna, con socarronería, presentó a su entrevistado como "un hombre de consenso", al haber conseguido que todos los grupos políticos estén de acuerdo en ir en su contra.

Pero cuando ofreces el altavoz mediático al señor Arsuaga y a su organización al final ocurre lo inevitable, que no es más que permitir que su discurso, totalmente contrario a la igualdad, no sólo quede perfectamente planteado, sino además revestido de la solemnidad que le otorga el ser entrevistado y, por tanto, reconocido como interlocutor válido para estos temas.

Los mensajes homófobos no tardaron en aparecer. Preguntado acerca de cómo reaccionaria si su hijo fuese transgénero, contestaba sin tapujos: "Si mi hijo fuera transexual, intentaría encontrar ayuda". Aunque añadía: "También le diría que le quiero con todo mi corazón", en una estrategia clara de suavizar el mensaje cuando acababa, nada menos, de equiparar la transexualidad con una enfermedad o trastorno mental que precisa de ayuda profesional.

La entrevista prosiguió con Arsuaga denunciando la educación que reciben los niños y que él cree que está "sexualizando" a los menores, al informarles sobre diversidad sexual y de género. No dejó escapar la ocasión de acusar a Podemos de estar detrás de las pedradas que sufre el bus de su campaña, y de dejar claro que la campaña sigue en marcha y volverá a las calles. En definitiva, cabe preguntarse si el momento elegido para dar voz a estos mensajes puede interpretarse como una provocación al colectivo LGBT. Teniendo en cuenta el momento elegido.