Polémica en la Palapa después de que Bigote Arrocet haya vuelto, por segunda vez, a cargar contra el programa, después de que lo hiciera a los pocos días de empezar el reality show de Telecinco y comparando la teórica dureza de este con las penurias que sí pasaron cuando el programa lo emitía la cadena de la competencia.
Si por entonces el programa le ofreció la posibilidad de abandonar el concurso si no le parecía la experiencia lo suficientemente interesante como se le había vendido -con el resultado ya conocido de desestimar la oferta- en esta ocasión ha sido el todavía novio de María Teresa Campos quien ha planteado la opción de renunciar.
Concretamente renunciar a seguir comiendo, a través de una huelga de hambre con la que ha amenazado tras sentirse ninguneado por parte de la dirección de Supervivientes 2017, tras conseguir ganar la prueba de recompensa con claridad y ver que el premio que se les había prometido está muy por debajo de las expectativas.
Para los que no vieran el programa en el que Edmundo consiguió esta recompensa, bien ganada tras su esfuerzo, les recordamos que el premio anclado al vencimiento en dicha probatura suponía la posibilidad de desayunar durante varios días seguidos. Concretamente tres, y no sólo para él, sino también para el compañero que éste eligiera.
El menú en cuestión con el que estos dos "robinsones" podrán empezar el día, para sorpresa del sudamericano, no era a libre elección, sino que estaba cerrado y todos los días sería igual: un café, un zumo y unas tostadas con mantequilla y mermelada.
Nada más, y nada menos.
Un desayuno que éste considera es insuficiente, teniendo en cuenta lo que se les vendió antes de empezar, creyendo que podría degustar un auténtico desayuno al gusto, que en su caso iba a ser uno al más puro estilo estadounidense, con beicon y huevos. Al menos eso aseguró haber escuchado el concursante.
Edmundo llama "mentiroso" al programa
Después de que el programa le confirmara que esa propuesta nunca salió de la boca, ni de Lara Álvarez ni de ningún miembro del equipo, Edmundo no dudó en llamar "mentirosos" al programa y de rechazar ese desayuno de recompensa, iniciando así lo que éste denominó una huelga de hambre en protesta por lo que considera una trampa del programa hacia su persona.
Una nueva afrenta que tiene al programa de Telecinco y al novio de la presentadora de la misma cadena como protagonistas y de la que, al menos en este caso, sólo él puede resultar perdedor.