Ocurrió esta misma mañana en el programa de "Herrera en la cope", como es habitual, dando "el cante", sin embargo esta mañana lo han hecho sin la presencia de Carlos Herrera. Ha sido el periodista Salvador Sostres quien ha causado una gran polémica debido a un inesperado y desafortunado comentario de éste hacia los sindicalistas con motivo del 1 de mayo, eso sí, no es que haya hablado demasiado bien de éstos.
Lo ha argumentado considerando que no hacen nada por los trabajadores y cree que utilizan a los empleados para extorsionar a los empresarios, todo un show.
Sin embargo, sus palabras textuales han sido bastante duras: "Hoy no es el día del trabajo, ni del trabajador. Hoy es el día de los que odian el trabajo y viven para aprovecharse del trabajo de los demás". Con esas palabras hacía referencia tanto a UGT como a CCOO, los mayoritarios.
Pero si pensábamos que las palabras quedaban ahí nos equivocamos por completo. También ha tenido para la izquierda afirmando que son bastante ignorantes los que a éstos les llaman partidos del progreso. Tratándolos de miseria. Sin embargo, ha elevado su crítica a palabras mayores afirmando que se trata de un día fúnebre, y que el sindicalismo no es trabajar, sólo un lugar donde se le da cobijo a los canallas y holgazanes.
En definitiva, parece que a Sostres no le gusta demasiado la lucha por los intereses del trabajador, que es, sin duda, a lo que deben dedicarse los sindicatos. Pero lo que sin duda alguna ha causado más revuelo y ha sido muy indigno eran las siguientes palabras: "Para celebrar su día, lo que tendríamos que hacer es sentarnos con un perro pulgoso en cualquier esquina y pedir caridad".
Esta última frase ha podido causar estragos en bastantes personas que por desgracia, no tienen más remedio que pedir una limosna. ¿Es necesario criticar de ese modo?
Con todo, podemos dar por hecho que esta crítica no es, sino, fruto de alguien que jamás necesitó defender sus derechos, pues no sólo forman un nombre de tres letras, sino que se reúnen y acuerdan decisiones con sus afiliados y son, en la mayoría de casos, muy necesarios para el respeto y el desarrollo de cualquier profesión.
Sin duda alguna, tienen como prioridad el bienestar de todos los miembros que los componen y el aseguramiento de la dignidad, la salubridad y unas condiciones buenas en cada lugar donde se desarrolla una actividad económica, además de ser justos en cuanto a los sueldos que se cobran en cada profesión.