Alyson Eckmann fue consecuente en la gala 12 de Gran Hermano VIP con lo que había afirmado esta semana y nominó a Marco Ferri con un punto que, sumado a los que le dieron otros compañeros, provocó que resultara nominado por segunda vez en lo que va del concurso. Se trata de la primera ocasión en la que el italiano conocerá qué piensa la audiencia de él tras la entrada de Aylén Milla.
La cara de Marco al escuchar a Alyson darle un punto a la cara fue un auténtico poema. En shock, extrañado, mostró la decepción de la que posteriormente hablaría. Uno de los frutos de su fiel amistad con ella había sido el pacto de no nominarse hasta que no hubiera otro remedio.
Tuvo tiempo el italiano para fraguar su venganza, alimentado por los consejos insistentes de Daniela Blume, que le recomendó que entrara en el juego y le devolviera la nominación a la americana, algo que desestimó por completo. Tampoco sirvió de nada la enfurecida reacción de su novia, encendida por estar confirmando su teoría sobre la supuesta estrategia de Aly.
Pero Marco no se dejó influir y decidió no nominarla. Sin embargo, poco después de la gala, dialogó con su amiga para tratar de entender qué estaba pasando. De nada le sirvieron las justificaciones de Alyson, que alegó que en los últimos días se había producido un distanciamiento entre ambos y que cada vez le hacía menos gracia. Marco pedía comprensión por haberle dedicado tiempo a su novia al acercarse el jueves, día en que podía ser expulsada, justificando que también había estado luchando por su amistad, lucha que objetivamente aparcó en el momento en el que supo que Aylén estaba nominada.
Para él, una amistad de dos meses requiere más fidelidad. Por eso le recriminó a la estadounidense que no es sincera, consecuente y honesta con sus amistades.
La conversación entre ambos solo sirvió para confirmar sus diferencias. Marco no es capaz de asumir el baño de realidad al que le sometió Alyson. No puede contentar a dos personas tan cercanas a él en una convivencia de 24h sin debilitar su relación con una de las dos partes si una, Aylén, tiene especial empeño en debilitar a la otra y cuenta en su mano con el poder de ablandar a su pareja por la confianza que los une, con argumentos críticos hacia Alyson y dando a entender supuestas informaciones del exterior que refuerzan su postura.
Por otro lado la americana no muestra la actitud de alguien que acepta el espacio de un amigo para disfrutar de su relación.
Marco recibió un baño de realidad que solo asumiría con dignidad alguien con suficiente capacidad autocrítica para entender que su concurso individual ya terminó cuando Aylén entró, y que si quiere beneficiarse psicológica y económicamente de la participación de su pareja, también tendrá que asumir las consecuencias de su entrada.
No quiere que su concurso cambie pero es inevitable que lo haga. Más aún si aparca posibles decisiones sobre su futuro.
Alyson ha roto un pacto, pero Marco no puede pretender que la vida no evolucione cuando él decide apartarse. Está enfadado porque su ego le impide ser crítico consigo mismo. La americana sintió que debía apoyar a quién le ofreció comprensión en sus momentos más bajos recientes, mientras él cada vez está más volcado en su pareja. Ahora el italiano se tendrá que someter al juicio de la audiencia sobre su papel como novio y como amigo. Lo tiene difícil. Casi tanto como Alyson a la hora de intentar convencerse de que no siente algo más que sentimientos de amistad hacia él.