¡Buenos días, lectores!

Hoy quiero escribir sobre algo que me impacta y en ocasiones, entristece. Al igual que muchos de vosotros, tengo conocidos, hijos de matrimonios amigos que han tenido que viajar fuera de España para encontrar un lugar en el que poder trabajar por un sueldo digno y continuar así con un recorrido vital y profesional que en este momento su país les impide recorrer, cuando coincidimos en reuniones, fiestas o eventos especiales encargados de unir a la familia inevitablemente preguntan algo que me sorprende y es, ¿todavía están los chicos de Sálvame en la televisión?

Es curioso ver como estos jóvenes se preguntan por que un programa de esta magnitud sigue funcionando en nuestro país, me doy cuenta rápidamente al ver esta entrevista que estos jóvenes se descolocan ante la idea de que un formato así arrase todavía en España porque, según ellos, piensan que es algo que está preparado, que no sorprende ni cuida al telespectador y que es material de mala calidad debido a que muchos otros jóvenes pueden invertir su tiempo en seguir ejemplos no muy positivos como puede ser Belén Esteban, Kiko Hernández o Mila Ximénez.

Estos jóvenes insistían en que cuando uno sale fuera de España, se centra en otro tipo de ocio porque al prender el televisión no tienen tan a mano un programa tan agresivo, duro y longevo como esta siendo Sálvame.

Comentan que conocen a otros chicos que quieren ser, textualmente "tan ricos como Belén Esteban", "tan famosos como los hijos de Kiko Matamoros" y un sin fin de ejemplos que según ellos, que saben lo que es el sacrificio de salir y explorar no logran comprender dado que piensan que la joven necesita otro tipo de apoyo, refuerzo y ejemplo a seguir mucho más importante que varias personas que deciden vender y venderse a cualquier precio.

En realidad, pensad un poco, ¿de verdad merece la pena invertir tantas horas de televisión en dar voz e imagen a este tipo de circo? Esta claro que la televisión se inventó para entretener, para informar, para poder llegar a los rincones de cada casa a cada hora y día posible pero quizá debemos plantearnos que no todo vale, quizá deberíamos apostar por programas serios, sanos que pudiesen hacer de la gente joven que pudiese verlos un ejemplo para querer ser mejor, evolucionar y no premiar la vida fácil, rápida y basura que obtienen tras la fama tóxica de muchos de ellos.

Yo voto porque cadenas como Antena 3 sigan apostando por formatos familiares, divertidos y risueños.

Lectores, ha sido un placer escribirles esta reflexión un día más, yo sigo eligiendo lo que me hace reír, divertirme y olvidarme de los problemas.

¡Qué pasen un feliz día!