La continencia no suele ser buena en casi ninguno de los casos. En cierta medida todos los seres humanos somos dependientes de muy distintas y variadas reacciones químicas que se producen en nuestro cerebro y que, una vez satisfechas, acaban produciendo placer tras la liberación de determinadas hormonas en nuestra zona cerebral.
Los hay que experimentan ese placer comiendo determinados alimentos o preparaciones, los que hay que tras dar una calada a un cigarro tras un tiempo sin hacerlo, los hay que las gozan practicando deportes de riesgo y, muchos, como Daniela Blume, que lo hacen con el disfrute carnal y pasional.
Lo que, por otro lado, es maravilloso.
Y es que si todo el mundo disfruta de los placeres más animales e instintivos del ser humano como lo son las relaciones, aquellos que acumulan grandes períodos de abstinencia en este campo -y aquí cada cuerpo y cada experiencia marca un calendario que nos lleva a decir que una semana es mucho o poco y un mes muchísimo o poquísimo- aún experimentan un mayor 'síndrome de abstinencia' multiplicando en nuestro imaginario los beneficios y las consecuencias de la satisfacción pendiente de cumplir que tenemos por delante.
Algo de lo que podría hacer un 'Máster' Daniela, quien durante este fin de semana ha experimentado un ataque de histeria que ha calificado como #ataquesexual en la casa que la ha tenido fuera de sí durante unos segundos en los que su deseo de satisfacer sus instintos más animales se apoderaron de ella y sus acciones provocando que esta se tirara "por el suelo" y se "rozara" con todo lo que encontraba a su paso completamente deseosa de gozo.
Un "ataque histérico-sexual" de locura que la hizo durante unos minutos ser otra persona hasta que se percató de lo que le estaba sucediendo tomando el control de sus deseos y de su cuerpo y acudiendo al súper para comentar lo que le había sucedido y para confirmar que, después del ataque, había dejado de "estar cachonda", según sus propias palabras en el Confesionario. No puede prometer que no se vuelva a repetir.