A pesar de que las uñas de Rosalía parecen que se van a imponer entre el público, la realidad es muy diferente: la última moda en el mundo de la manicura es que no se note que las uñas están decoradas, o sea, lo que se conoce como “uñas desnudas”.

Tener las uñas sin esmalte de colores no implica que no estén cuidadas. Poder lucir lo que se conoce como “manicura desnuda” significa llevar a cabo una serie de mimos y cuidados. Y, un poquito más de tiempo y algo de paciencia, para lograr el mejor resultado.

La manicura 'raw' es el más natural, sin colores ni ningún tipo de aplique, en contraposición de la manicura de Rosalía

Aunque este otoño se llevan los colores intensos y el color negro (el color negro viene pisando muy fuerte), aunque podría ser un buen momento para apostar por la conocida como manicura “raw”, o sea, la que es más natural, sin esmalte de colores ni apliques. Tener unas uñas cuidadas son una gran tarjeta de presentación hacia la persona, ya que dicen mucho sobre la personalidad de una persona. Se pueden llevar pintadas cortas, larguísimas (que parezcan garras), decoradas, en stiletto, pintadas, desnudas...

La realidad es que en el mundo de las uñas hay un número de posibilidades que son infinitas y para todos los gustos.

Una de las grandes tendencias de este otoño es “la manicura raw”: unas uñas tan naturales que parece que no llevan ningún tipo de esmalte.

Para poder llevar las uñas así, hay que apostar por una serie de mimos y cuidados como pueden ser cremas hidratantes o baños con parafina (que las hidrata y las suaviza), lacas que nutran las uñas, blanqueadores o con vitaminas.

Este tipo de cuidados son muy importantes, sobre todo, si se suele apostar por colores oscuros o por rojos llenos de brillo, ya que, en ocasiones, provocan que las uñas acaben amarillas o un poco pigmentadas.

En el caso de la manicura 'raw' hay que apostar por unas uñas cortas, en forma de almendra o cortadas como semicírculo

Por otro lado, los colores más naturales y claros se utilizan para alargar los dedos y se emplean para disimular una gran cantidad de imperfecciones. Y no se recomienda el uso de los colores muy llamativos, provocan que las miradas vayan hacia las manos y no es muy recomendable a partir de una determinada edad o si tenemos algún defecto o cicatriz que no queremos que se noten.

Los expertos recomiendan que, una vez hayamos limpiado las uñas de los esmaltes, antes de volver a hacer la manicura, deberíamos esperar entre 24 y 48 horas. Y, si no es posible, mínimo que pase una noche con las uñas al natural. Así, evitamos hacer daño sin ninguna necesidad. Un pequeño descanso de la manicura es fundamental para la salud de nuestras uñas.