Un estudio reciente de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) demuestra que leer más de veinte minutos al día en las pantallas de nuestros dispositivos móviles aumenta un 90% los problemas oculares más frecuentes. La investigación describe que alguno de los síntomas son fatiga visual, irritación, sequedad ocular y visión borrosa.

Este estudio fue publicado en la revista Applied Ergonomics y su equipo de investigadores reveló que entre los parámetros del estudio se encontraban diez síntomas: "visión nublada durante y después de leer; dificultad de enfoque; irritación, ojos cansados; fatiga visual; sensibilidad a la luz; incomodidad ocular y cefalea".

Todos estos síntomas mostraron un aumento después de leer en los dispositivos móviles, en comparación con los síntomas al leer en papel.

La optometrista Beatriz Antona, quien es además una de las investigadoras principales del presente estudio, expresó que si los síntomas aumentan si la lectura se hace a oscuras pues “los ojos tienden a adaptarse a un ambiente de iluminación más bajo”. Las personas con problemas de visión son quienes sienten con más intensidad los síntomas, siendo más grave cuando no usan anteojos ni lentes de contacto. De la misma manera, uno de los síntomas que progresa especialmente al leer por más de veinte minutos en dispositivos móviles, es la cefalea.

Menos brillo en las pantallas reduce el impacto visual

La recomendación principal de los investigadores de este estudio, es controlar el brillo de las pantallas “porque este patrón suele estar ajustado a condiciones diurnas y, aun en un nivel muy bajo, es demasiado alto en ambientes nocturnos”, explican los investigadores de este estudio.

Según Beatriz Antona, el sistema visual es capaz de alcanzar bajos niveles de iluminación, por eso al leer a oscuras en una pantalla, se daña la vista.

Darle importancia a nuestra salud visual

Pese a que nuestro ritmo de vida nos demanda más atención a nuestros dispositivos móviles desde que nos despertamos hasta que nos acostamos, la lectura en papel resulta menos agresiva para nuestros ojos que la pantalla.

Así lo cuenta Beatriz Antoja, quien manifiesta que, bajo las mismas condiciones de iluminación, distancia respecto al texto, tamaño de letra y ángulo de inclinación, puede deducirse entonces que es preferible leer en papel en la medida de lo posible y así reducir el impacto visual.