El Glutamato monosódico convive con nosotros en multitud de aderezos o salsas para ensaladas, pastas y en platos precocinados. Si la falta de tiempo te apremia y eres asiduo a la comida envasada, presta atención a lo que, según instituciones autorizadas como la Organización Mundial de la Salud, su abuso puede generar en tu organismo.
¿Sindrome de la comida china?
Es así como se le ha venido a llamar al consumo reiterado y prolongado en el tiempo de comida preparada y envasada, como por ejemplo la comida china, que tanto gusta a los más jóvenes. Su alto contenido en glutamato puede desencadenar sensación de ardor u hormigueo en el rostro, los brazos o el pecho, enrojecimiento, ácidez de estómago, somnolencia o dificultad para respirar.
Los afectados por asma son los que mayor precaución deben tener, ya que puede agravar los síntomas de su enfermedad. Algunos estudios, incluso, relacionan el abuso de glutamato monosódico con la inducción al Asma.
¿Sabes que pertenece a la familia de las excitotoxinas? Se ha comprobado que una ingesta moderada de glutamato, al cabo del tiempo, provoca daños cerebrales, deteriora el sistema nervioso central y eleva las probabilidades de padecer obesidad, insomnio e infertilidad.
No te fíes de las grasas vegetales
Los aceites vegetales suelen someterse a la hidrogeneización para obtener de ellos una consistencia más sólida y manejable, apta para elaborar productos cosméticos y alimenticios más aparentes desde un punto de vista estético.
Este proceso los transforma en grasas trans, ¿lo sabías? Las más perjudiciales para nuestra salud por su directa vinculación con el cáncer.
El Aceite de palma es la modalidad de aceite vegetal que mejor tolera la oxidación del calor y, por ello, es el más empleado para freír. Posee un alto porcentaje de grasas saturadas, concretamente un 50 % frente al 15 % de otros aceites.
En este sentido, el aceite de oliva tolera aceptablemente el calor y nos aporta multitud de vitaminas y oligoelementos con un amplio abanico de beneficios inherentes. Como ya intuirás, te voy a aconsejar que minimices todo lo posible la inclusión de las grasas saturadas en tu dieta para prevenir la obesidad y los accidentes cardiovasculares.
El aceite de palma contiene una pequeña cantidad de carotenoides y vitamina E. Sin embargo, sus prejuicios superan a sus ventajas. Está presente en prácticamente todos los quesos de untar, snacks, bollería industrial, purés, salsas, cremas y mascarillas cosméticas, productos de limpieza e, incluso, en biocombustibles. ¿Sabes que la sobre explotación necesaria para su producción acarrea graves daños medioambientales? Bosques y selvas deforestados, especies animales (como los orangutanes) en riesgo de extinción, emisión de gases de efecto invernadero, pesticidas y pueblos desarraigados o sumidos en la pobreza.
Por suerte, nosotros contamos con un tesoro gastronómico como el aceite de oliva, declarado, junto al resto de integrantes de nuestra dieta mediterránea, Patrimonio de la Humanidad. Todo un legado del que sentirnos orgullosos y que preservar. ¿No crees?