Unas imágenes de Miguel Ángel Revilla riñendo a un empleado de un bar de Santander que insultó a Pedro Sánchez llamándolo "hijo de p..." en plena calle se han hecho virales en las últimas horas.

Esta semana, el presidente de Cantabria y el del Gobierno en funciones se citaron en la capital cántabra, donde compartieron un almuerzo en un restaurante, para abordar el apoyo del Partido Regionalista de Cantabria a la investidura del socialista.

Los hechos grabados en vídeo y que han corrido como la pólvora por las redes sociales tuvieron lugar cuando Revilla aguardaba la llegada de Sánchez en la calle Bonifaz, en el centro mismo de la ciudad.

El líder del Ejecutivo regional se encontraba de pie frente a un local llamado El Desván esperando al secretario general del PSOE, que se retrasaba unos minutos.

'¡No insulte, no falte al respeto! ¡Hay que ser educado, hombre!'

Fue sobre las 14:30 horas de la tarde cuando la comitiva de Pedro Sánchez llegó hasta donde estaba Miguel Ángel Revilla, que se acercó al vehículo oficial para saludar al jefe del Gobierno español. Terminados los apretones de manos y los abrazos, el mediático político cántabro invitó al presidente en funciones a entrar al restaurante.

En ese momento, un camarero de un bar cercano gritó "hijo de put.." a Sánchez. Revilla, visiblemente contrariado, pidió al mandatario socialista que entrara en el establecimiento donde iban a comer y se dio la vuelta. Muy enojado, el líder del PRC se dirigió al trabajador, que llevaba puesto un delantal, y empezó a afearle su actitud.

En un principio, le regañó de manera mesurada. "No hay que insultar, no hay que faltar al respeto", le dijo al camarero. Luego, elevó el tono y vociferó: "¡Me da vergüenza, un cántabro no puede decir eso!".

Tras la breve trifulca, el presidente se dirigió al restaurante donde Pedro Sánchez le esperaba en el reservado. Según cuenta El Mundo, los reporteros gráficos que accedieron para tomar fotos de ambos políticos sentados a la mesa pudieron escucharlos hablar sobre lo que había sucedido en el exterior.

'No consiento que en mi tierra salga un tío a insultar al presidente'

Terminada la comida, Revilla declaró ante los periodistas que su "temperamento" le había llevado a abroncar al camarero. "No lo tolero. Se puede discrepar, pero nunca insultar", agregó antes de reconocer que estaba "indignado" cuando fue "a por él".

El presidente de Cantabria añadió que piensa presentarse en el bar en el que trabaja el hombre para cogerle "por banda". Emocionado, aseguró que, como máxima autoridad, siempre intenta vender que su región es "acogedora" y "amable", una tierra donde no se insulta "a nadie".

Pese al rifirrafe, Sánchez y Revilla mantuvieron un encuentro para hablar sobre el pacto entre el PSOE y el PRC, por el que los regionalista cántabros apoyan la investidura del jefe del Ejecutivo en funciones a cambio de que el Estado ejecute varias infraestructuras en la comunidad autónoma.

Según la agencia Europa Press, fue el propio Revilla el que pagó la comida de su bolsillo. El almuerzo le salió por unos 40 euros y tomaron tomates de Galizano, ensaladilla, alubias rojas de Trasmiera, merluza y crema campurriana.