La reunión en Roma

Pietro Parolin, Secretario del Estado del Vaticano y número dos del Papa Francisco, se ha reunido este pasado Lunes 29 de Octubre con la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo para entablar un diálogo en relación a la escabrosa situación política y social que reviste la inminente exhumación del cuerpo de Francisco Franco.

Durante la reunión, ocurrida en Roma, Parolin ha manifestado que el Vaticano no se opondrá a dicha exhumación, pero advierte que el Vaticano no está de acuerdo con el traslado de los restos del dictador a la cripta de Santa María La Real de La Almudena, donde la familia Franco posee a título perpetuo un lugar donde, reclaman, sea enterrado bajo honores militares el abuelo.

La motivación expresa del Vaticano - a través de un comunicado del Ejecutivo- se debe al recelo a que el Cementerio de La Almudena pueda llegar a convertirse en un lugar tanto de peregrinación para los adeptos al franquismo como para aquellos que quieran mostrar su indignación y rechazo por memoria histórica. Algo que quieren evitar a toda costa por ser un lugar sacrosanto.

Fuentes del Gobierno aseguran que de momento los diálogos entre la Santa Sede y el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, están siendo fluidos a pesar de que en alegaciones posteriores, Osoro expresara que "como cualquier cristiano tiene derecho a poder enterrarse donde crea conveniente".

Durante la reunión Carmen Calvo también ha abordado diferentes cuestiones en materia fiscal, como el derecho otorgado de inmatriculaciones a la Iglesia durante los años 40 y la exención al pago del impuesto del IBI.

Las alegaciones de la familia Franco

El Ejecutivo, tratando de encontrar una solución, propone la vía de que el cuerpo de Franco sea trasladado y enterrado junto a la que fue su mujer Carmen Polo en el Cementerio de Mingorrubio, en el Pardo. Por su parte, la familia aboga por mantener su posición e inhumar los restos junto con los de su hija, Carmen Franco Polo, y su yerno, el marqués de Villaverde, Cristóbal Martínez-Bordiú, en el templo madrileño.

En relación al propio acto de inhumación, la familia apela al Real Decreto 684/2010 que dicta los procedimientos militares relativos a Honores Fúnebres, el cual establece que "se rendirán por una unidad con bandera, banda y música y consistirán en la interpretación del himno nacional completo, arma presentada y una descarga de fusilería.

En su caso, la salva de cañonazos que corresponda".

Dicho Real Decreto se encuentra dirigido a personalidades que mueran en acto de servicio, tales como militares y civiles vinculados a las Fuerzas Armadas, así como ex presidentes del Gobierno y diferentes entes que hayan prestado "excepcionales servicios a España". Lejos de entrar a debatir sobre los "excepcionales servicios a España" por parte de Franco, no se cumpliría la premisa de haber fallecido en acto de servicio, puesto que fue enterrado el 23 de Noviembre de 1975 por causas naturales.

En el escrito de alegaciones por parte de la familia Franco, hace alusión al abuelo como "el anterior Jefe del Estado", por lo que si el Gobierno cediera a tales pretensiones honoríficas, el acto de entierro iría revestido con el procedimiento militar anteriormente especificado y una salva de 21 cañonazos seguidos de siete voces de "¡Viva España!".

A todo ésto se sumaría el procedimiento de traslado, donde se sucedería una escolta armada, cobertura de carretera para la comitiva y la utilización de un armón de artillería que transportaría el féretro. Todo ello de acuerdo a los honores estipulados para el Jefe del Estado actualmente.