El presidente del Parlament de Cataluña, Roger Torrent, ha anunciado esta mañana el aplazamiento del pleno de investidura que debía de celebrarse a las 15 horas. Torrent mantiene la candidatura del expresidente Puigdemont a la espera de que pueda desarrollarse, en la Cámara, ¨un debate efectivo y con garantías¨, no hay fecha alternativa confirmada.
Dura comparecencia de Torrent
El presidente tuvo que dar la cara por primera vez tras una decisión muy complicada. Lo hizo en una comparecencia, sin preguntas, en la que lanzó duras criticas al Gobierno y al Tribunal Constitucional.
¨Ni la vicepresidenta Soraya ni el el Tribunal Constitucional decidirán quien tiene que ser el presidente de la Generalitat de Cataluña¨, ha afirmado. ¨El presidente de la Generalitat será el que elijan los diputados de esta Cámara, no el que decida un Tribunal o un ministro a 600 kilómetros¨, ha insistido, tajante, Torrent.
La comparecencia se ha producido momentos antes de la reunión de la Mesa del Parlament, que debe tomar la decisión sobre la delegación de voto de los dos presos, Oriol Junqueras y Jordi Sànchez; la aceptación de las credenciales de los diputados que ocuparan los escaños de los tres exconsellers, fugados a Bélgica junto a Puigdemont, quienes renunciaron a sus actas de diputados y sobre la celebración del propio pleno, entre otros asuntos.
Realismo estratégico de ERC
La primera encrucijada a la que ha tenido que afrontar Roger Torrent, en esta nueva etapa del independentismo, viene a confirmar, no solo discursiva, que en ERC parecen dispuestos a asumir de ahora en adelante. Esta moderación, como es evidente, no es ideológica sino puramente estratégica. Cercados por las consecuencias jurídicas del procés y con certeza de que puede volver a ocurrir lo mismo, en ERC, parece haber cierta unanimidad al plantear el camino hacia la independencia desde un ámbito legal y de diálogo, renunciando a la unilateralidad.
JxCat y la CUP no pasan página
Esta aparente voluntad de abrir una nueva etapa por parte de ERC no puede ser más contraria a los planteamientos de JxCat y la CUP con respecto al proceso independentista. Éstos parecen basarse exclusivamente en su intención de restituir el ¨legítimo gobierno¨ previo a la aplicación del 155 pasando indiscutiblemente por la investidura de Puigdemont como presidente de la Generalitat. Esta diferencias parecen estar abriendo una peligrosa grieta entre los partidos independentistas, los cuales hasta hora habían estado envidiablemente unidos.