La directora del documental 'Los sueños de Idomeni', Amparo Climent, es un testimonio de las vicisitudes por las que atraviesan cada día los refugiados. Climent, que ha realizado este trabajo audiovisual con su hijo, recupera a través de las imágenes la angustia y el sufrimiento de este colectivo que "está desesperado viviendo en unas condiciones infrahumanas".

En el documental hay unas imágenes, especialmente, duras "cuando intentan acceder a la frontera salvando una valla de cuchillas, concertinas y alambres mientras eran gaseados; allí había mujeres, niños y hombres; ese día hubo más de doscientos heridos e, incluso, algún muerto; fue un espectáculo terrible", lamenta.La realizadora, que ha participado en una conferencia organizada por AMESDE sobre los refugiados, subraya que el documento visual no solo plasma un "momento concreto" de la historia sino que representa lo que "está ocurriendo cada día porque hay refugiados en otros campos y en otros lugares sufriendo igualmente".

Destaca que en su documental ha querido poner en valor "coraje" de esas persona pero, en especial, incide en el rol desempeñado por las mujeres en ese contexto y, además, se observa el trabajo de los "voluntarios que viajan a estos lugares tan inclementes con el fin de ayudar"."En esta película aparecen muchas mujeres porque la mayoría de los voluntarios que nos hemos encontrado en el viaje a Idomeni son mujeres de todas las edades", señala.

Climent ilustra esta afirmación con el ejemplo de una mujer jubilada que al ver en la televisión las imágenes de los refugiados decide ir "se compra el billete, se va a Idomeni ella sola, sin conocer a nadie, a ayudar en lo que pueda". La directora de cine, explica, que el impulso de esta persona responde a "la necesidad que tiene que hacer algo; no solamente lamentarse o protestar por esa situación sino que necesita involucrase directamente".

Niños que viajan solos"Lo más impresionante" - destaca Climent- "es la cantidad de niños que viajan solos porque han perdido a los padres o porque en el viaje los padres se han separado de ellos". En esa coyuntura añade- "hay cientos de niños que deambulando que no tienen a nadie, que los cuidan unos y otros y que están solos; tanto ellos como las mujeres son víctimas de las mafías; es una situación muy difícil y muy dura para los que están viviendo en ese entorno", denuncia.

Climent recalca que "no solo se ha de pensar" en esos momentos puntuales de Idomenia porque de esos espacios se los llevan a unos campos que son "auténticos campos de concentración" donde viven en pésimas condiciones porque "no tienen agua, ni calefacción sin los alimentos básicos". Apunta que incluso estando allí hubo "muchos problemas" desorganización y, en definitiva, "el que sufre es esa persona que esta allí que va a coger lo que le des y que lo único que quiere es que le ayudes a tener una vida mejor". En esos grupos "hay gente muy preparada con un nivel impresionante; a mi me impacto mucho el testimonio de unos jóvenes que se levantaban la camiseta para enseñar sus títulos universitarios".