En la vida normal de las personas, en las nuestras mismas, pasan por nuestras vidas cantidad de personas, algunas que nos caen mejor que otras pero pocas consiguen congeniar al máximo como para llegar al punto de cederles toda nuestra confianza.

Seguramente, durante nuestra niñez, adolescencia, juventud y período adulto, hemos ido cambiando nuestras amistades. No porque nos haya ocurrido algún problema con esas personas que algún día fueron importantes en nuestras vidas, sino que, por simple transcurrir de la vida, ya no compartimos momentos con ellos.

Además, como ley de vida, cuanto más mayores nos hacemos, más exquisitos son nuestros requisitos para mantener dentro de nuestro círculos a personas, de hecho, seguro que podrías contar con los dedos de una mano quiénes son tus verdaderas amistades.

Estas dos amigas lo saben de sobra

Phyllis Hines y Bárbara Noone, hoy abuelitas, se conocieron hace 84 años y como todos, por sus vidas han pasado miles de personas y más durante 84 años. Pero lo bonito de esta historia reside en que hoy en día, después de varias décadas, siguen estando juntas, solo se tienen la una a la otra y eso demuestra que la verdadera amistad sí existe.

Amigas para siempre

Como la famosísima canción de Los Manolos, Amigos para siempre, Phyllis Hines y Bárbara Noone son la imagen fiel del estribillo.

Cada una, ha vivido una vida totalmente diferente. Ambas se han casado, han tenido hijos y han vivido los funerales de sus maridos, entre otros aspectos importantes de la vida. Pero siempre han sido capaces de buscar el como quedar y reunirse, por lo menos, una vez al mes.

Hoy las dos tienen 95 años de vida larga y experta.

Casi un centenar, una vida larga y llena de sucesos, pero eso sí, jamás se enfadaron la una con la otra. Saben de sobra que la vida, a sus edades, se va complicando cada vez más y saben lo bonito y reconfortante que es tener a una amiga que te sirva de apoyo.

Cada día dan gracias a la vida por haberle permitido conocerse. Son lo mejor que les ha pasado la una a la otra.

Esto si que es un perfecto ejemplo de verdadera amistad. Es tan bonito saber que siempre tendrás a alguien ahí para contar con ella, que bueno, si eres de los que disfruta de una verdadera amistad con otra persona, sabrás lo que han podido sentir estas dos abuelitas durante toda sus vidas, siendo cómplices la una de la otra año tras año. Un bonita y conmovedora historia que seguro calará a cualquiera.