Las obras de Arte pueden ser analizadas desde múltiples perspectivas, cada análisis aporta una visión diferente, casi siempre enriquecedora. También es cierto que hay obras y autores que despiertan mucho más interés que otros. Es el caso de Leonardo Da Vinci y de una de sus obras más famosas, la Mona Lisa, pintada entre 1503 y 1519.

Ríos de tinta han corrido a lo largo de siglos tratando de explicar el misterio que encierra esta pequeña obra, expuesta bajo grandes medidas de seguridad en el Museo del Louvre. Millones de visitantes peregrinan cada año ante ella para disfrutar unos segundos de su delicada sonrisa.

El bocio y la piel amarilla síntomas de hipotiroidismo

Ahora, en una carta al editor enviada a la revista Mayo Clinic Proceeding, Mandeep R. Mehra coautor del estudio junto a Hilary R. Campbel, detalla que el hipotiroidismo podría ser la explicación para el tono amarillento y el bocio de la retratada, identificada como Lisa Gherardini esposa de Francesco del Giocondo.

Mandeep R. Mehra es director médico del Heart & Vascular Center en Brigham and Women's Hospital, su estudio y evidencias contradicen otro informe elaborado en el año 2004 por varios reumatólogos y endocrinos, que mantenían que tanto las lesiones de la piel como la hinchazón de las manos de la Mona Lisa podrían indicar una enfermedad cardíaca y un trastorno lipídico.

Mehra explica que con esos síntomas, en el s. XVI, Lisa Gherardini no hubiera podido llegar, como lo hizo, a la edad de 63 años.

Otro punto que aporta a favor de su teoría es que la dieta de los italianos renacentistas carecía de yodo, lo que se hace evidente en muchas representaciones pictóricas cuyos personajes tienen bocio.

También se sabe que Lisa Gherardini había sido madre muy poco antes de posar para Leonardo lo que podría indicar una tiroiditis periparto.

Cuando la glándula tiroides, que está situada en el cuello, se descontrola causa una disminución de la actividad metabólica que trae asociados problemas como cansancio, hinchazón, depresión, etc.

Indudable valor estético

Mehra resalta por otra parte el atractivo de la imperfección que refleja esta obra manteniendo que es lo que le aporta su apariencia misteriosa y encanto. Sin embargo, el valor de la Mona Lisa va más allá, su enigmática sonrisa parece ayudarnos a mirar más lejos y descubrir la audacia de Leonardo al innovar introduciendo de forma magestuosa la técnica del sfumato en un retrato.