Joaquín Sabina ha cancelado los cuatro conciertos que le quedaban para finalizar la gira “Lo niego todo”. Tras ofrecer numerosas actuaciones, tanto en el continente americano como aquí en España, la aguda afonía que le impidió finalizar su concierto en Madrid ha motivado que tenga que anular el resto de las citas concertadas, ya que tras revisar su estado, el médico le ha indicado un mes de reposo, por lo que las actuaciones previstas para A Coruña, Córdoba, Albacete y Granada quedan canceladas.
El comunicado de la organización que hace dos días emitieron no deja ningún tipo de dudas.
Un informe médico describe una grave afonía como consecuencia de una infección y le prescriben 30 días de reposo absoluto, por lo que tiene que suspender el resto de las actuaciones.
Ha sido una gira larga, de más de setenta conciertos, en las que el artista de 69 años ha ofrecido lo mejor de su repertorio, pero que ha sido más noticia por sus diferentes percances de salud que por la calidad del resto de sus actuaciones.
Una mala racha culpa de una “mala salud de hierro”
Desde que el 2000 estando en la cúspide de su carrera, tras la exitosa gira de 19 días y 500 noches, sufriera un ictus, el “marichalazo” que diría, Sabina ha ido poco a poco sufriendo diversos problemas que le han impedido presentarse ante el público como antes solía hacer.
El miedo escénico le llevó a subirse al escenario, luego una depresión de dos años de la que casi literalmente, Pancho Varona y Antonio García de Diego tuvieron que sacarlo de la cama y su “nube negra” para que sacara “Alivio de luto”, un disco que quizás viene bien escuchar en estos momentos…
Después superó esos problemas y siguió afortunadamente para los numerosos fans que tiene el flaco tanto aquí como al otro lado del charco.
Sin embargo, el paso de los años le está pasando factura. Su salud ha ido dándole diversos problemas. Esa “mala salud de hierro” de la que hace alarde. Problemas de circulación que requieren cuidados intensivos, una caída, algún que otro ataque de pánico y por último la grave afonía que ha aquejado a su ya maltrecha voz nos hace pensar que quizás estemos viviendo sus últimos movimientos en escena.
La importancia de las emociones
A nadie se le escapa que además de los problemas de salud que le impiden estar al cien por cien, están también sus emociones que hacen que cada vez que tiene un percance lo lleve peor anímicamente.
El acabar antes de tiempo el otro día le está pasando factura, y si ya durante el concierto advirtió al público que no se encontraba bien, luego tras bajarse del escenario, se marchó a su casa bañado en lágrimas de frustración por lo acontecido. Fue incapaz de despedirse de su público, consciente de su fragilidad en todo momento.