Agnès Varda ( Ixelles, 1928-) la cineasta belga es un paso esencial en el Cine de autor europeo. La abuela de la nouvelle vague, esta mujer nonagenaria, ha vuelto a mostrarnos, una vez más, por si se nos olvidaba, el camino del Cine en un film excelente donde aborda desde una visión joven y siempre moderna, el verdadero lenguaje de la imagen. Varda conoce como muy pocos qué es el Cine en todas sus potencialidades, como toda una corriente de aclaración e investigación sobre el séptimo arte: la regeneración que supuso la nouvelle vague y que hoy en día es esencial para conocer qué supone el Cine y cuales son los fundamentos que un film debe poseer para proponerlo.

La creadora de Le bonheur (La felicidad, 1965), Les creatures (Las criaturas, 1966), Deguerréotipes (1975), Kun Fu Master (1987), Les glaneurs et la glaneuse... deux ans après (Los espigadores y las espigadoras, 2002)…. Y así podríamos hablar de un compendio de obras brillantes donde el Cine es el único aire que se respira. Visages Villages es una road movie a lomos de la camioneta fotomatón del fotógrafo francés J.R., un fascinante viaje a través de la fuerza de la imagen en plena época del selfie. Varda no podía dejar pasar la oportunidad tomar el regalo de la cámara, no solo la suya, sino la que el artista gráfico le propone. Los lugares y retratos de un país, la fuerza de sus gentes y su humanidad.

Hacer grande a las personas que en su anonimato hacen funcionar la comunidad y detrás de esas imágenes, las casas, los paisajes, los puertos, los trabajadores y sus historias. El cine documental y el de ficción, lo narrativo con lo experimental… la enorme relación de las imágenes fijas y en movimiento. Varda otra vez nos lo entrega; esa fascinación que llamamos arte cinematográfico.