Deseaba evitar que construyeran una fortaleza. En el año 1213, el rey Alfonso noveno de Galicia y león promulga que se destruya lo construido y que no se realicen obras futuras. En 1222 es el papa Honorio tercero quien refrenda esta orden regia y amenaza con la excomunión a quien no lo acate. Su sucesor Fernando tercero, en el año 1255. sin embargo, para la corona es importante la plaza, y ya este mismo rey habla de su puebla. A finales del siglo 8, Pai Gomes Chariño, adelantado de Galicia media entre la corona y el monasterio de Celanova para arreglar sus diferencias.

Cuando Pedro primero el cruel perdió el reino de castilla y, procedente de Chaves (Portugal), se instaló por tres semanas en el castillo; mando cartas al rey de Navarra, Carlos segundo el malo, y al príncipe de Gales, entrevistándose con el arzobispo de Santiago y Fernando de Castro. De aquí partió con su pequeño ejército a Bayona (Francia), para embarcar en busca de la ayuda de Eduardo de Gales el príncipe negro.

Juan segundo de castilla nombra Vizconde de Monterrey a Diego Lopez de Zúñiga, el viejo, quien deja sus posesiones a su hijo, Diego el mozo. Crea don Diego mayorazgo a favor del primogénito de su segundo matrimonio, dando lugar a enfrentamientos legales entre hermanastros. Con la concordia del obispo de Coria (Béjar, 19 de enero de 1453) se reconocen los derechos a Juan de Zúñiga y pierde los suyos don Pedro, hijo de la segunda esposa.

Teresa de Zúñiga, heredera de don Juan, se une a la familia Ulloa, al casar con Sancho Sánchez de Ulloa y Montorroso, nombrado primer conde de Monterrey en 1474 por los Reyes católicos, en recompensa de sus servicios en la guerra de granada. Pedro de Zúñiga no cejó en pedir lo que pensaba le correspondía, gano el pleito en el año 1489; pero a cambio tenía que pagar las obras realizadas por Sancho Sánchez.

Al no hacerlo y morir prontamente, Monterrey queda bajo el poder de los Hulloa. La corona compro parte de la fortaleza, aunque fue efímera su propiedad, pues el rey, necesitado de peculio, la vendió a Alfonso tercero de Fonseca, arzobispo de Santiago.

En el año 1640 se inicia la guerra de separación de Portugal, y en agosto de 1641 es cuando los primeros combates aparecen cerca de la fortaleza, rechazando las huestes portuguesas las tropas españolas comandadas por el marqués de Valparaiso.

Se suceden en estas fechas las obras de fortificación de la plaza, hasta llegado el año 1667, en el que fue de nuevo sitiada por los portugueses. El conde logro enviar un emisario a Orense, consiguen de que una expedición de socorro al mando de Neira de Moscoso, Francisco Baldran y Roque Alvarez rompiese el cerco. Las fuerzas portuguesas se retiraron hasta Chaves y en 1668 se firmó la paz.