Los arqueólogos redescubren una bala de cañón, extraviada hace algunos años, que fue utilizada probablemente en la batalla de Northampton, en 1460, durante la guerra de las Dos Rosas. La gran bola tiene dos abolladuras grandes de unos rebotes que dio, después de ser disparada, así como una marca de gubia que contiene fragmentos de arena de la zona.
La mayoría de los historiadores coinciden en que el cañón fue desarrollado, por primera vez, en China y que se utilizó para la guerra en todo el Oriente Medio antes de llegar a Europa. La primera ilustración inglesa de un cañón y de los "crakys de guerra", como se denominaba sus balas, es de 1327.
Esta arma de fuego, según la "Enciclopedia de Guerra y Tecnología Militar Medieval de Oxford", funcionaba a base de pólvora y se menciona, por primera vez, ese mismo año en los relatos de la batalla de Stanhope Park. Se trata de uno de los enfrentamientos de la Primera Guerra de la Independencia de Escocia.
La batalla de Northampton, en la guerra de las Dos Rosas, se libró en 1460 como parte de una disputa por el trono inglés, que se extendió durante 32 años, entre las dos casas nobles rivales de York y de Lancaster. La larga lucha terminó definitivamente cuando Enrique Tudor, de la Casa de Lancaster, derrotó al rey Ricardo III en la batalla de Bosworth.
La gran bola de cañón fue descubierta por primera vez hace varios años, pero permaneció extraviada hasta que Glenn Foard, arqueólogo de la Universidad de Huddersfield, en Inglaterra, la redescubrió el año pasado.
Foard, especialista en la materia, le practicó un análisis exhaustivo a la bala, que había sufrido unos daños importantes. No obstante, según un comunicado de la Northampton Battlefield Society, Foard declaró que "es muy probable que el proyectil se disparara durante la batalla de 1460".
El disparo del cañón, con toda probabilidad, fue la causa de la deformación de la bola, ya que pudo sufrir dos impactos importantes que la abollaron.
La bala, además de las deformaciones, también tenía una gubia llena de hierro y de piedra arenisca de la zona, que probablemente recogió al rebotar cerca del campo de batalla. Sin embargo, según parece, el mayor daño lo sufrió el proyectil al chocar contra un árbol.
Las fuentes históricas sugieren que la lluvia impidió que los cañones de las fuerzas de Lancaster se disparasen, así que los investigadores sospechan que la bala de cañón pudo haber sido disparada por el bando de York.
El antiguo campo de batalla en el que se halló la bala es arqueológicamente muy rico, ya que también alberga restos anteriores pertenecientes a la Edad de Piedra, muestra posibles huellas de unas antiguas vías del Neolítico y contiene los restos de una villa romana. Pero sus análisis darían para otro artículo.