El fenómeno es tan evidente que la Sociedad Americana Contra el Cáncer ha llegado a asociar el exceso de peso a 14% de todas las muertes por cáncer entre los hombres y a 20% entre las mujeres.
La primera razón por la que la obesidad favorece al cáncer es la abundancia del tejido graso. El tejido graso hasta hace pocos años tan sólo era considerado un depósito de células cuya finalidad únicamente consistía en ser un lugar de reserva de combustible de donde podía provenir una energía cuando los requerimientos del organismo la necesitaba. Ahora se sabe que este tejido es mucho más importante de lo que se pensaba con anterioridad ya que se ha descubierto que produce una asombrosa cantidad de hormonas. Se ha comprobado que el tejido de las zonas grasas tiene una actividad metabólica altísima y es muy influyente por lo tanto en todo el cuerpo.