En Perú una niña de 10 meses se tragó un crucifijo. Su madre acudió a un centro de salud con su pequeña en brazos. Rápidamente, los médicos atendieron a la menor. Tras realizar una primera valoración, los médicos del Hospital Víctor Lazarte Echegaray, en la ciudad de Trujillo, se percataron de que la víctima se había tragado un crucifijo. Los especialistas detectaron que el objeto se encontraba en su esófago.

Los médicos le realizaron una endoscopia terapéutica a la bebé

Tras su ingreso, los médicos le realizaron una endoscopia terapéutica a la niña para poder extraer el crucifijo.

La operación tuvo éxito y los médicos extrajeron el objeto que se encontraba en el esófago. Cabe destacar que Maricarmen Sajami Rosas, la madre de la bebé, ha afirmado que no sabía cómo la niña se tragó el crucifijo.

A través de su cuenta en Facebook, el Seguro Social de Salud del Perú compartió un vídeo del procedimiento de la menor en el Hospital Víctor Lazarte Echegaray. En el mismo mensaje destacaron el “profesionalismo” del equipo médico para salvar la vida. En el texto añadieron que la pequeña ahora disfrutaba de “vitalidad” gracias a los especialistas.

La madre dijo que la bebé sentía molestias antes de acudir al hospital

Maricarmen Sajami Rosas reconoció que se dio cuenta de que algo estaba pasando porque la niña sentía molestias desde que estaban en el interior de su casa. Sin embargo, la mujer aclaró que solo se dio cuenta de que su hija se había tragado un crucifijo después que le realizaron varias radiografías.

El incidente dejó conmocionados a los ciudadanos peruanos.

Los especialistas tuvieron que esperar 6 horas para sacar el crucifijo

El gastroenterólogo Luis Alberto Esteves comentó que tuvieron que esperar 6 horas para que el estómago de la niña estuviera vacío porque había tomado leche. Posteriormente, realizaron la intervención y todo salió bien.

El especialista ha subrayado el trabajo de los grandes profesionales del centro de salud en Perú. Ahora la madre de la niña dijo todo había sido como un “milagro”: “Es como un volver a comenzar” soltó visiblemente emocionada.

Cabe destacar que los síntomas de un bebé que sufre una asfixia son dificultad para respirar. Por eso, los niños habitualmente no pueden llorar, pierden el conocimiento y presentan una tos muy débil.

Las asfixias en niños menores de un año son algo habitual. Los pequeños quieren experimentar y en algunos casos se llevan objetos pequeños a la boca. Incluso algunos trozos de comida muy grandes pueden obstruir la garganta de los bebés.