La mujer acusada de matar a tres personas con setas venenosas durante una comida en su casa en Australia ya habría intentado acabar con la vida de su exmarido utilizando el mismo método en al menos tres ocasiones. Según los documentos judiciales, Erin Patterson intentó quitarle la vida a su expareja en noviembre, mayo y septiembre del año pasado.

Simon Patterson se sintió mal después de las tres comidas

Los agentes de la Policía explicaron que Simon Patterson se sintió mal en las tres ocasiones tras las comidas. Por eso, los investigadores llegaron a la conclusión de que la sospechosa presuntamente habría utilizado el mismo método de las setas venenosas que le quitó la vida a tres personas el pasado mes de julio.

El exmarido tenía previsto acudir a la comida del 29 de julio

Según ha trascendido, Simon Patterson tenía previsto acudir a la comida del pasado 29 de julio que desembocó en el fallecimiento de tres personas. Concretamente, los padres y la tía del exmarido de Erin Patterson perdieron la vida tras el encuentro en la casa de la sospechosa. Sin embargo, la expareja de la presunta autora de los hechos no pudo asistir a la reunión con su familia.

Los informes toxicológicos apuntan a que las víctimas fueron intoxicadas

Los primeros resultados de los informes toxicológicos apuntan a que las víctimas habrían sido intoxicadas tras ingerir la oronja verde, uno de los hongos más mortíferos del mundo. Don y Gail Patterson, así como Heather Wilkinson y el pastor religioso Ian Wilkinson acudieron a la casa de Erin Patterson después que ella los invitó a comer una ternera Wellington en la localidad de Leongatha.

Tras varios días hospitalizados, Don y Gail Patterson, los exsuegros de la acusada, fallecieron. La tía de Simon Patterson también murió en el centro de salud. El pastor religioso fue el único sobreviviente después de pasar varias semanas en el hospital.

La acusada se declaró inocente

Erin Patterson se declaró inocente afirmando que había adquirido los hongos en un supermercado.

La presunta autora de los hechos explicó que sus hijos también habían comido del mismo guiso y no se sintieron mal. Por otro lado, la defensa de la acusada aceptó la petición de la Policía.

Los investigadores solicitaron aplazar el juicio 20 semanas para analizar el material informático intervenido durante el registro de su casa.

El pasado jueves, los agentes de la policía de Australia registraron la vivienda de la acusada incorporando perros especializados en detectar aparatos electrónicos. El incidente acapara la atención de los medios de comunicación nacionales e internacionales desde hace varias semanas.