El Estadi Olímpic fue el lugar elegido para acoger el tour internacional de Música de Beyoncé. En la puesta en escena llegó a aparecer con un vestuario color plata cubierto totalmente de motivos brillantes, emergiendo de un caparazón de mar para comenzar a cantar y terminando subida a lomos de un caballo luminoso. Las entradas más caras de la jornada han llegado a costar 3.000 euros.

Renaissance Tour, el espectáculo de Beyoncé

Con media hora de retraso, comenzó a las 20.30 el concierto de Beyoncé, quien tardó en volver a la ciudad barcelonesa cinco años.

Un despliegue de bailarines y la propia artista quienes realizaron su trabajo en un escenario con una puerta principal ubicada en el centro de un círculo en donde también emergía una pantalla con varios pisos.

Durante tres horas, Beyoncé pudo hacer un repaso a los temas más coreados de su carrera, entre ellos 'Love on top' o 'Dangerously in love'. También tuvo un guiño a la reciente fallecida Tina Turner, a quien le dedicó 'River deep - Mountain High'. Aunque todo el concierto fue fuertemente coreado por todos los fans de la artista, hubo momentos para la tranquilidad, entre ellos, los de la intérprete cantando en compañía del piano. La última parte del concierto de Beyoncé en Barcelona se dedicó a los temas de baile y a los propios de Renaissance Tour, exhibiendo 34 canciones nuevas.

Las escenografías de Renaissance Tour de Beyoncé

Además del continuo trabajo de baile, las escenografías del tour cambiaron a medida que se sucedían diferentes temáticas o canciones. En las pausas para que Beyoncé se cambiara junto a su equipo, se proyectaron momentos de vídeo que hicieron las delicias de los más fanáticos.

Una de las primeras escenografías hizo alusión a un entorno industrial en donde Beyoncé pudo interpretar 'I am that girl', 'Cozy', 'Alien Superstar' o 'Lift off'.

Tras caminar por todo el escenario con 'Break my soul' el ambiente cambió a unos intensos colores rojos, para interpretar 'Formation', 'Diva', 'Black parade' o 'Run the world (girls)'.

En este punto del concierto, la hija de Beyoncé subió al escenario donde su madre la acompañó subida a una recreación de un vehículo especial.

Ese momento especial entre ellas cambió cuando una bola brillante al más puro estilo de las discotecas de los 1970 se hizo protagonista en el escenario. Un decorado con una figura de mar de la que la artista emergió, dio paso a una oda a la libertad, mientras Beyoncé cantaba subida a lomos de la figura de un caballo brillante con la canción de 'I feel love' de Donna Summer.

Los lujos de Beyoncé en Barcelona, al detalle

Durante el concierto, Beyoncé utilizó unos auriculares diseñados en material de diamantes, así como un vestuario con apliques brillantes de cristales de Swarovski y algún body de Loewe, complementado con unas joyas de Tiffany de edición limitada para ella.