Según el informe anual del Instituto Casla, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, encabeza el sistema de espionaje, vigilancia y persecución a través de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM). En la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), la directora ejecutiva del Instituto Casla, Tamara Sujú, ha desgranado el Manual de operaciones especiales de la oficina de contrainteligencia del sector militar.
Sabía todo lo que hacía la DGCIM
Tamara Sujú afirmó que Nicolás Maduro sabía todo lo que hacía la DGCIM, según lo establecido en el Manual de operaciones especiales del organismo.
La abogada explica que el documento de la oficina de contrainteligencia señala que será sometida para la aprobación del mandatario nacional cualquier medida de contrainteligencia militar sobre altos cargos militares, opositores, diplomáticos, funcionarios del Gobierno, la dirección del PSUV, alcaldes, diputados, gobernadores y sus respectivos familiares.
Directora Ejecutiva del Instituto CASLA, Tamara Suju @TAMARA_SUJU, presenta Informe Anual del Instituto CASLA @caslainstitute sobre Crímenes de Lesa Humanidad en Venezuela (1/4) pic.twitter.com/jMiQrXDZ9R
— OEA (@OEA_oficial) February 15, 2023
La abogada señala directamente a Maduro
La representante del Instituto Casla sostuvo que el presidente venezolano había dado personalmente las órdenes para perseguir y arrestar a varios altos cargos militares, líderes de partidos políticos de la oposición y parlamentarios de la Asamblea Nacional.
Además en el Manual de operaciones especiales de la DGCIM advierten que cualquier “acción ciudadana” en contra de la revolución será calificada como “traidora” y “subversiva”.
Además Tamara Sujú aseguró que la persecución a los medios de comunicación había usado el cierre de 79 emisoras de radio el año pasado.
La abogada sostuvo que el sistema de espionaje venezolano era similar al de la Stasi alemana y la KGB en la Unión Soviética. La representante del Instituto Casla declaró que todas las instituciones públicas tenían infiltrados encargados de señalar a los posibles “contrarrevolucionarios”.
Los sospechosos que vigilan la DGCIM de acuerdo al informe
En medio de su discurso Tamara Sujú reiteró que los principales sospechosos de “contrarrevolucionarios” eran los trabajadores del sector petrolero, minero y siderúrgico. La abogada ha remarcado que los servicios de contrainteligencia militar podrían arrestar a una persona sin tener pruebas.
Incluso Tamara Sujú denunció que las celdas ubicadas en los sótanos de la DGCIM tras ser “maquilladas” nuevamente eran usadas. El Instituto Casla ha desgranado los presuntos métodos empleados por los agentes del servicio de contrainteligencia militar como las descargas eléctricas y los azotes con cables.