La guerra continúa mostrando su imagen más deleznable y sombría: una Mujer embarazada y su bebé murieron tras el bombardeo del hospital materno infantil de Mariupol del pasado 9 de marzo, protagonistas de una foto que se transformó en un emblema de esta guerra entre Ucrania y Rusia.
La conmoción que transmitía el rostro pálido de la mujer herida
La imagen de la mujer transportada en camilla en medio del desastre y la confusión que dejó el misil ruso en la maternidad de la ciudad del sureste de Ucrania se transformó en un lamentable símbolo: la tripa ensangrentada, las manos acariciando y la palidez del rostro de la mujer en el que debería haber sido el momento más bello y feliz de su vida, ofrecen la total dimensión de la tragedia y personifican el horror del ataque a través de las fotografías y vídeos del momento.
Verdaderamente, son imágenes de alto impacto y sensibilidad.
Hoy se informó que tanto la mujer embarazada como su hijo murieron el mismo día del bombardeo pese a los denodados esfuerzos de los médicos, según publica la agencia internacional de noticias Associated Press (AP).
Pese al esfuerzo de los médicos no se pudo salvar ni a la embarazada ni a su bebé
La mujer, de la cual se desconoce el nombre, fue llevada en ese momento a un hospital más cercano, donde los médicos hicieron todo lo posible para mantenerla con vida, tanto a ella como a su hijo. Tampoco se dio a conocer el sexo del bebé.
Uno de los médicos que trabajó infructuosamente para salvarle la vida, el cirujano Timur Marín, contó que la mujer, al darse cuenta que perdía a su bebé no dejaba de gritar y suplicar “¡mátenme ahora!”.
Tenía la cadera y la pelvis aplastada y fracturada y pese a que hicieron nacer al niño por cesárea, éste no dio señales de vida y nació muerto.
“Más de media hora de reanimación de la madre no produjeron resultados”, lamentó el cirujano Timur Marín, “ambos murieron”, refiere a la agencia AP.
Se ignora el nombre de la mujer embarazada protagonista la triste foto
Estas dos muertes se suman a otros tres fallecidos y al menos diecisiete heridos contabilizados del bombardeo al hospital de Mariupol y además protagonizaron la triste e icónica fotografía que quedó grabada en la memoria para recuerdo de ese día. Una víctima anónima, como tantas en la injusticia de las guerras: En medio del caos de heridos, los sanitarios no pudieron tomar sus datos, abocados a salvar la mayor cantidad de personas posibles.
Los restos mortales de la mujer y su bebé fueron retirados del hospital por dos hombres que se supone que son el viudo y el padre, lo cual permite al menos un manto de humanidad entre tanta tragedia y dolor. Los médicos se permitieron la triste reflexión de que “por lo menos alguien ha venido y no ha acabado en la fosa común de la ciudad”. Rusia alegó que la noticia era falsa y justificó el ataque diciendo que no había mujeres ni Niños en el edificio tomado por extremistas ucranianos.