Detrás de la guerra entre Rusia y Ucrania se esconde la historia de miles de familias que se han visto obligadas a separarse por esta terrible realidad. Desde que comenzará la invasión rusa hace cinco días, la situación es cada vez más preocupante, lo que ha llevado al éxodo de ucranianos en busca de un lugar más seguro para ellos y los suyos.

Sol Macaluso narra la dura situación de su equipo

Una de esas duras Historias se ha conocido esta mañana, gracias a Sol Macaluso, reportera de Mediaset, en una de sus intervenciones en 'El programa de AR'.

La corresponsal argentina ha salido, junto con el resto de su equipo, en busca de provisiones para sobrellevar mejor su camino hacía la frontera, aunque no todos ellos podrán cruzarla. Con mucha tristeza, Sol ha explicado que la situación es "especialmente sensible" para ellos, pues la llegada a la frontera significa la separación de su cámara y su guía con sus familias. "Sus familias cruzan y ellos se quedan aquí", ha lamentado.

Periodista, compañeros y familiares han sufrido en primera persona las dificultades para escapar de Kiev. Una salida que se ha encontrado marcada por los bombardeos y que les ha obligado a ir sin un plan preestablecido para llegar a su destino. "Tenemos gente en la frontera que nos va informando de la situación", ha señalado.

Pero la llegada al límite del país no supondrá una tarea fácil para ninguno de ellos, especialmente para los familiares de sus compañeros quienes, al no poseer la acreditación de prensa, deberán hacer entre 20 y 25 horas de cola.

La emotiva petición de su cámara a la periodista

Unas palabras que han terminado por romper, definitivamente, a Sol Macaluso, quien no ha podido evitar el llanto ante una Patricia Pardo que trataba de calmarla.

Y es que la reportera terminaba confesando la petición que su cámara le había hecho: "nos ha pedido, muy emotivamente, que nos llevemos a su hija". Un ruego que la argentina no le ha podido negar y que ha dejado de manifiesto el especial vínculo que se ha creado entre el equipo: "ahora es mi familia, es mi hermana". Para la periodista, es muy duro ver cómo sus compañeros tienen que dejar a sus familias y quedarse a defender a su país.

Una separación muy dolorosa para los protagonistas, que buscan el mejor final para los suyos, como el compañero de Sol, quien le ha encomendado una especial misión para la joven: "hazte cargo de mi hija, que no le falte nada".

Sol se marcha junto a la hija de su operador de cámara, mientras su compañero vuelve en busca de su mujer, que tuvo que quedarse a 40 kilómetros de Kiev, en uno de los hogares en los que el equipo pasaba las noches. Tampoco se encuentran fuera del país sus padres, quienes permanecen en un refugio de la capital.