China está ganando la batalla contra el Coronavirus después de varios meses de lucha con miles de fallecidos. Hoy ha sido el primer día en el que no se ha contabilizado ningún contagio a nivel local en todo el país. Una gran noticia para el país que ha sido el primero en tener que hacer frente a la crisis del coronavirus. Eso sí, el país ha contabilizado 34 casos nuevos “importados”, la mayor parte en la ciudad de Pekín, a pesar de que impone unas estrictas medidas de cuarentena a los viajeros que intentan entrar en el país.

China se ha despertado con una gran noticia que parecía imposible cuando se inició la pandemia global de COVID-19

Por primera vez desde que se descubrió la transmisión del virus de persona a persona, el pasado mes de enero, la Comisión Nacional del Servicio de Salud no ha detectado ningún caso nuevo de contagio comunitario en la ciudad de Wuhan, el foco inicial de esta enfermedad, ni en ningún punto del país asiático. Pero la contrapartida es el aumento de los casos de infecciones importados, un total de 34, de los cuales 21 han sido detectados en la ciudad de Pekín.

Según los datos oficiales -que no es la primera vez que ha provocado confusión por sus diversos cambios de criterio a la hora de contabilizar a las víctimas-, este mismo miércoles perdieron la vida ocho personas dentro de todo el territorio de China, lo que ha elevado el número de muertos, desde que se inició la epidemia el pasado mes de diciembre, en un total de 3.245 personas.

En total, habrían tenido lugar un total de 80.928 contagios y 70.420 personas ya se han recuperado completamente del virus.

Poder conseguir que el contador de muertos llegase a cero ha tenido un precio muy alto: este mismo jueves, casualmente, se cumplen ocho largas semanas desde que se inició el período de cuarentena (o semicuarentena, dependiendo de la zona del país) que fueron impuestas en todo el territorio chino.

Los daños personales y económicos en China son serios

La pesadilla comenzó el pasado 23 de enero, primero en la ciudad de Wuhan (en la que viven 11 millones de personas) y después por toda la provincia china de Hubei. El gobierno tomaba la decisión de aislar la región del resto del país. Durante los días siguientes, centenares de millones de ciudadanos vieron restringida su libertad de movimientos, de mayor o menor medida.

Además, durante estos 56 días ha tenido lugar un importante parón de la actividad empresarial que va a producir serios daños a la economía del país y a nivel mundial. Aunque China ha tomado una serie de medidas que han permitido que poco a poco estén volviendo a emerger: entre los meses de enero y febrero, las ventas al por menor se redujeron en un 20'5% y la producción a nivel industrial cayó en un 13'5%, cuando los expertos en economía habían calculado que la caída sería de un 3%.