Dinamarca ha decidido pedir disculpas a los Niños que sufrieron abusos en algunos de los centros de acogida que se abrieron en el país después de la Segunda Guerra Mundial. Ha sido Mette Frederiksen, la actual ministra del país europeo, la que ha tenido que formular las disculpas públicas a todos aquellos niños que sufrieron algún tipo de abuso en los centros de acogida de rango estatal tras el final de la Segunda Guerra Mundial.
La ministra ha asegurado que le gustaría mirar a cada una de las víctimas a los ojos y decirles lo correcto: "perdón y lo siento".
Siente mucho las injusticias que tuvieron que vivir, tanto ellos como sus seres queridos.
Una serie de investigaciones ha demostrado los abusos que sufrieron los menores en centros estatales daneses
"Para los que están vivos y para los que estuvieron y estarán, Dinamarca les pide perdón". Estas declaraciones tuvieron lugar en una ceremonia institucional en Marienborg, que es la residencia oficial de la mencionada primera ministra.
Gracias al trabajo de un grupo de historiadores y periodistas, se ha demostrado que la institución de Godhavn fue una de las que permitió este tipo de abusos. El centro estaba ubicado en la zona norte de Selandia, y se demostró que los niños que vivieron allí, entre los años 1945 y 1976, eran víctimas de palizas, abandono por los responsables y otro tipo de abusos.
Varias víctimas del centro estuvieron presentes en la susodicha ceremonia y cada vez que deben rememorar lo que les sucedió, les provoca mucho sufrimiento. La última vez que tuvieron que hacerlo fue para la prestigiosa historiadora Sarah Strid, que citó una serie de conclusiones que resultaron de una investigación oficial que se publicó durante el año 2012.
A pesar de que en el año 1967 se prohibió el castigo corporal, se mantenía en estos centros de acogida
La ministra quiso dejar claro que los niños no fueron responsables de nada de lo que sucedió, solo fueron los adultos que eran responsables de los menores, además de la sociedad danesa que prefirió cerrar los ojos ante los abusos que estaban teniendo lugar en estos centros estatales.
A lo largo de los últimos 14 años, las víctimas han solicitado una disculpa, de manera oficial, del Estado por su incapacidad a la hora de controlar y supervisar lo que estaba sucediendo en los mencionados centros de acogida. A pesar de que el dolor y los recuerdos nunca van a desaparecer, el perdón público va a lograr que las heridas se cierren después de tantos años.
Poul-Erik Rasmussen, una de las víctimas, asegura que siempre se sintió el responsable de lo que le había pasado. Rasmussen tuvo que entrar a un centro estatal durante los años 60, después de que su madre, que se había quedado viuda, pidiera ayuda a las autoridades para evitar que su hijo dejase de asistir al colegio. Hay que recordar que en Dinamarca, en el año 1967, se prohibió el castigo corporal, pero se realizaban en sus centros de acogida estatal.