El escenario de esta nueva Marcha no fue muy diferente al de las demás: heladeros, chupi chupis, raspados y vendedores ambulantes con gorras, zarcillos, franelas y demás recuerditos con los colores de la bandera venezolana… poca gente.
Como siempre, en cada punto de concentración un camión cargado de equipos de sonido se desplazó por las calles por donde iba la marcha, animando a quienes "protestaban" como si se trataba de la hora loca de una fiesta, mientras las personas, como siempre, se tomaban fotos muy sonrientes y felices.
En un momento, la marcha se paró por lo menos 15 minutos mientras algunos medios de comunicación entrevistaban a Henrique Capriles entre una decena de cámaras profesionales y celulares de los marchistas quienes pudieron acercarse a ver y escuchar a su líder.
Bajo el sol inclemente, durante los 15 minutos de entrevista, algunas personas aprovecharon de refrescarse tomando algún refresco, agua o helado y posando para algunas fotos más en medio de la velada de la mañana y "protesPerodel 23 de enero.
Por otro lado, los usuarios de diferentes redes sociales soltaban sapos y culebra criticando a quienes fueron o no fueron a la marcha, como si con ese comportamiento estaban resolviendo la inmensa crisis en la cual se encuentra Venezuela, gracias a esa actitud, tanto de los líderes de oposición como de los ciudadanos que están esperando a un nuevo mesías que por arte de magia le resuelva los problemas.
Al final de la jornada, el régimen tuvo tema de conversación para tapar la poca participación de los suyos en el Panteón Nacional, criticando a la oposición, sin darse cuenta de que la mayoría de las personas estaban aglomeradas en panaderías, abastos y mercados tratando de conseguir algo de comida para sobrevivir.
Porque eso es lo que el régimen de Maduro realmente quería: gente hambrienta en la calle haciendo inmensas colas para que no puedan protestar contra el gobierno y se mantengan ocupados, sin molestar. Pero, ¿hasta cuándo se mantendrá esta situación? ¿Cuánto más aguantarán los venezolanos sin poder cubrir sus necesidades básicas? ¿Cuándo imitarán a los valientes del 23 de enero de 1958?