Las fricciones nacidas por el Brexit se han extendido en el tiempo más allá del momento de su ratificación entre Reino Unido y Bruselas. Nuevamente, Boris Johnson habría incumplido los puntos acordados en un tratado impulsado por su propio gobierno al extender la moratoria de control en los mercados marítimos con Irlanda del Norte. Bruselas, que ya habría amenazado anteriormente con denunciar las injerencias gubernamentales relativas al Brexit, ha interpuesto acciones legales abriendo un procedimiento de infracción contra el gobierno británico por la decisión de retrasar hasta octubre la supervisión de mercado con Irlanda, por haber sido además una decisión tomada unilateralmente por la cual Europa ''llama a rectificar'' a Boris Johnson.
Antecedentes con la Comisión Europea
Tras un breve desacuerdo en la redistribución de vacunas, Reino Unido vuelve a enemistarse con Bruselas por su decisión de ampliar el plazo de libre comercio fitosanitarios y agrosanitarios en el mar de Irlanda. Este retraso de control que comprendería seis meses, es decir, medio año más, ha supuesto la divergencia total con la Comisión Europea que ya habría contemplado en septiembre del año pasado denunciar el incumplimiento de los acuerdos de mercado establecidos por la implementación de la polémica ley del mercado interior británica.
Esta nueva decisión que Bruselas tacha de ''inaceptable'' por ''vulnerar el derecho internacional'' implicaría tener que presentarse en última instancia al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, al que Reino Unido negó en primer momento querer supeditarse, aunque posteriormente cedió a que tuviese cierta potestad de control.
La situación del comercio británico internacional
Aunque este procedimiento de infracción aún se encuentra en su primera fase de tramitación por la cual mediante una carta formal, firmada por el vicepresidente de la Comisión Europea responsable de supervisar el cumplimiento de los acuerdos, se pide explicaciones a Reino Unido por su decisión, podría complicarse en los próximos meses si las infracciones siguen sucediéndose.
Al terminarse este ''período de gracia'' sin control en las aduanas, se prevé un impacto económico fuerte en el comercio de exportación e importación, cuyo producto local ya ha visto reducida su demanda por la situación de la pandemia.
Este impacto quería verse mitigado por los acuerdos firmados con anterioridad que pretendían evitar un Brexit abrupto para la población.
Por su parte, Londres ha alegado que son medidas temporales y que pretende dar tiempo a que operadores y mediadores, trabajadores de materia prima, minoristas y en última instancia supermercados y empresas de transporte, se adapten a la nueva situación. Se defiende afirmando que “Son legales y forman parte de una implementación progresiva y de buena fe del protocolo para Irlanda del Norte”.