En menos de un año, Choice Bank y Atlantic International Bank, dos bancos offshore de Belice, han entrado en liquidación, por orden del Banco Central de ese país. Estas medidas extremas han provocado serios daños económicos a los clientes y han minado totalmente la confianza en ese centro financiero.
El Atlantic International Bank, involucrado en una estafa a jubilados estadounidenses
El Atlantic International Bank fue demandado por la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos porque supuestamente ciudadanos de ese país habían perdido hasta 100 millones de dólares en la estafa de bienes raíces conocida como Bahía Santuario.
Más de 1.000 estadounidenses, la mayoría jubilados, invirtieron ese dinero para que les construyeran lujosas casas en una zona de Belice. Dichas construcciones ni siquiera comenzaron. Entre los acusados de participar en la estafa estuvo el Atlantic International Bank. Meses después, la demanda fue resuelta con el pago de 23 millones de dólares por parte del Atlantic y la resolución también contempló el cierre total de operaciones de ese banco.
Este acuerdo con la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos, aceptado por el liquidador del Atlantic, Julian Murillo, se une a la lista de acciones que han causado severo daño a los clientes. El propio Murillo deja entrever en sus palabras la mala conducta: “Aunque no ha existido una condena judicial o determinación contra el Atlantic International Bank en el caso del Santuario Belice y que el banco ha negado fuertemente cualquier participación en el caso, llegar a un acuerdo razonable con la Comisión Federal de Comercio es en el mejor interés de los depositantes del Atlantic y del proceso de liquidación”, aseveró Murillo.
Murillo está violando una regla clave del proceso de liquidación, porque accedió al acuerdo con la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos sin antes haber discutido los términos de ese acuerdo con los depositantes, ya que es el dinero de ellos el que se utilizará para pagar los 23 millones. Además, Murillo había anunciado, en junio de este año, que se habían gastado 4 millones de dólares como honorarios legales en el proceso de liquidación.
Las críticas contra la actuación de la Gobernadora del Banco Central de Belice, Joy Grant y del Primer Ministro Dean Barlow han sido fortísimas. El bufete jurídico Caporaso & Partners ha pedido la renuncia de los dos, pero, no obstante, una fuerte campaña de prensa nacional e internacional, criticando el operado de los dos, siguen en sus puestos sin importarle de los usuarios que han perdido sus ahorros.
No pocos aseveran que estas acciones se han convertido en un nuevo negocio para el gobierno de ese pequeño país centroamericano, ya que resulta inconcebible que se coloquen los dos bancos offshore en liquidación, sin antes intervenirlos.
Cambios de liquidador, otra muestra de la incapacidad del Banco Central de Belice
Los problemas con los liquidadores nombrados por el Banco Central de Belice no comenzaron por Julian Murillo, sino que se remontan al primer banco offshore liquidado: Choice Bank. En 2017, el Banco Central de Belice se basó en supuestas irregularidades del Choice Bank para revocar su licencia. De inmediato nombró un liquidador, Henry Hazel quien tenía la responsabilidad de repartir los activos del banco entre los clientes.
Este primer “liquidador” duró hasta junio de 2018, cuando fue nombrado, en su lugar, Cedric Flowers.
El trabajo de Flowers recibió numerosas críticas, tanto por los titulares de las cuentas bancarias del Choice, como por expertos internacionales, ya que todos alegaban que los vínculos entre la Gobernadora Grant y el Primer Ministro Barrow impedían que la repartición de activos se realizara de manera correcta.
Los accionistas de Choice Bank presentaron una demanda contra el Primer Ministro Barrow y contra el Fiscal General Michael Peyrefitte. Ellos buscaban una compensación por los daños causados por Barrow y el Banco Central de Belice tras la abrupta terminación de la licencia bancaria. Esta demanda tuvo que ser retirada, ya que una tercera parte independiente, nombrada para verificar el proceso contra Choice, dictaminó que todo se había hecho de acuerdo con la ley y que el gobierno hizo bien al cancelar la licencia.
Flowers ganaba mensualmente cerca de 50 mil dólares, por lo que muchos se sorprendieron cuando, en julio de este año, fue sustituido por el tercer liquidador, Kareem Michael. En una críptica nota de prensa, el Banco Central de Belice dijo que “los términos de acoplamiento con Flowers habían llegado al final”. ¿Por qué ha sido necesario nombrar tres liquidadores?
El liquidador Michael reconoció ante el abogado panameño Giovanni Caporaso Gottlieb que él cumpliría al pie de la letra la ley, para así garantizar que los activos del banco fueran a parar a los clientes, depositantes y accionistas del Choice Bank Limited, de una “manera transparente y comercialmente razonable”. Si esto fuera así, ¿por qué no se publican los balances y el estado de la situación actual del banco?
El liquidador aclara que ya se ha devuelto el dinero al 53% de los cuentahabientes; pero ¿y el resto del dinero?
Michael también aseveró a Caporaso que el proceso de liquidación del Choice Bank continuaba en concordancia con los procedimientos de cierre de la Ley de Bancos Domésticos e Instituciones Financieras y las leyes de Belice; pero este liquidador no parece aplicar la Ley Bancaria Internacional, mediante la cual el Banco Central de Belice tiene poderes para supervisar y regular el otorgamiento de licencias para bancos internacionales.
¿Dónde está la supervisión? Para todos queda claro que, si el Banco Central coloca un banco en liquidación, sin intervenirlo antes, lo lleva a la bancarrota de un día para otro.
Las autoridades de Estados Unidos a raíz de estos hechos han confirmado Belice en su lista negra. Detrás de los escándalos del Choice Bank y del Atlantic International aparecen siempre los mismos nombres: el Primer Ministro Barrow y Ministro de Finanzas y la Gobernadora del Banco Central Grant.
Belice, el peor supervisor de bancos en Latinoamérica
Mientras en Belice se aplican liquidaciones radicales que provocan cuantiosas pérdidas a los clientes, la realidad es diferente en otros países de Centro y Sudamérica. Por ejemplo, Panamá y Curazao intervinieron recientemente dos bancos venezolanos, Orinoco NV y Allbank Corp, pero no colocaron en liquidación a estos bancos de un día para otro, como sí sucedió en Belice.
El Banco Central de Curazao nombró a un administrador quien evaluará los activos existentes en el Orinoco NV. La Junta Directiva de ese banco había decidido parar todas sus operaciones y liquidar la institución. Mientras, la Superintendencia de Bancos en Panamá decidió asumir, durante un mes, el control operacional y administrativo de Allbank Corp, que pertenecía al grupo financiero venezolano BOD. Este paso implica un cese solo temporal de las operaciones bancarias, no una liquidación completa como sí sucedió en Belice.