Sin duda, Ricky Rubio puede decir que el Mundial de baloncesto que se ha celebrado en China se ha convertido en el momento más brillante de su carrera deportiva. El base de 28 años de edad ha logrado coronarse en el mencionado torneo con letras mayúsculas y ha demostrado que es un gran líder entre sus compañeros de selección.
El jugador originario de la zona de El Masnou ha dejado muy claro que este equipo es una auténtica leyenda en la historia del baloncesto y ha recibido la gran noticia de que su nombre ha sido incluido en el quinteto ideal de los jugadores que han participado en el torneo.
El jugador ha realizado un torneo intachable después de sufrir una crisis personal que le hizo cuestionarse su futuro en el baloncesto
Ricky Rubio puede decir que está viviendo un momento brillante, a nivel personal y colectivo, y ha encontrado su lugar después de una etapa complicada en la que llegó a pensar en abandonar el mundo del baloncesto: la cima del deporte, ser uno de los mejores jugadores a nivel mundial.
Solo en el partido final ante la selección argentina, el jugador de El Masnou ha dejado unas cifras para el recuerdo como son 20 puntos, 3 asistencias y 7 rebotes. De esta manera, el español ha logrado un torneo en letras mayúsculas en todos y cada uno de los sentidos.
Además, Ricky Rubio ha sido nombrado mejor jugador del partido de la final, el premio MVP del Mundial y ha sido incluido, como no podía ser menos, en el quinteto titular ideal del campeonato celebrado en China junto a su compañero Marc Gasol, Scola (Argentina), Fournier (Francia) y Bogdanovic (Serbia).
Ricky lo ha dejado claro, todo el equipo ha trabajado muy duro y ha sacrificado muchas cosas de su vida para poder llegar hasta la cima. Cada uno ha dado mucho a sus compañeros y en la final no solo han dado una lección en el deporte, también sobre la vida en general. Este equipo se ha convertido en una verdadera leyenda en el mundo del baloncesto.
Ricky Rubio ha logrado consagrarse en este Mundial no solo a nivel colectivo, también a nivel personal
Poco queda de aquel chaval que debutó en la liga ACB con tan solo catorce años de edad, que logró una plata olímpica en los juegos de Pekín del año 2008 cuando aún no era mayor de edad, ha logrado aprobar con matrícula de honor en el examen de líder de la selección y se ha convertido en una auténtica estrella para los seguidores.
Para él, los títulos son importantes, pero también la familia que han formado los compañeros y eso se lo dirán a sus hijos y a sus nietos, que este equipo ha logrado llevarse la Copa del Mundo, algo que envidiaba de los miembros que lograron el Mundial en el año 2006 y parecía que nadie más iba a repetirlo.
El jugador lo ha dejado claro: en la vida hay que crecer, hay que soñar. Los miedos pueden existir, pero los sueños deben ser mucho más grandes que esos temores.