Vuelve el rey de europa al trofeo de campeones. El primer partido en Champions League del Real Madrid no se antojaba demasiado sencillo. Frente a él se encontraba la Roma, equipo que revolucionó este torneo el año pasado eliminando a grandes equipos como el Manchester City o el Barcelona.

El encuentro comenzó con los dos equipos bien posicionados en el campo pero en breve se tornaría a un dominio incesante por parte del Real Madrid y a una Roma que intentaba sorprender mediante rápidos contragolpes comandados por El Shaarawy y Ünder. La clave del equipo blanco fue un centro del campo muy compacto con Casemiro, Kroos y Modric, y un tridente arriba muy enchufado que llegaron a provocar una treintena de ocasiones.

Julen Lopetegui cada vez lo tiene más difícil para elegir portero

Sorpresa en la portería blanca en la que en un primer momento todo apuntaba a Courtois como titular y finalmente lo fue Keylor. Él fue el encargado de subsanar algunas de las contras del equipo italiano mediante paradas de gran calidad.

Tras un sinfín de ocasiones, principalmente llevadas a cabo por el Real Madrid, se abrió el marcador en el minuto 44 de partido con una falta en la frontal del área ejecutada de manera brillante por Isco. Este se impuso a lanzadores habituales como Ramos y Bale propiciando un gran gol.

En la segunda parte, el guion volvía a ser más de lo mismo pero bajando un poco la intensidad por parte del Madrid. Mientras tanto en el campo había un jugador que brillaba como nadie y ese era Luka Modric. El Bernabéu clama cada vez más fuerte el Balón de Oro para el croata y, sin duda, algo de razón deben de llevar ya que en el minuto 57 Modric le metió una asistencia de lujo a Bale para meter casi a placer el segundo gol del partido con un tiro cruzado sobre la meta de Olsen.

Bale demuestra el gran espacio con el que cuenta en el terreno de juego desde que no está Cristiano.

Lopetegui apostó por Asensio, Mariano y Ceballos en los cambios. Los dos primeros demostraron su calidad de titulares con acciones de auténtico espectáculo. Marco Asensio entró con pura magia y en el minuto 78 de partido intentó un remate sin mirar tras escaparse de su marcaje con una media ruleta.

Una pena que no entrara porque podría haber sido el gol de esta Champions. Por otra parte, Mariano se estrenaba y levantó a los aficionados de sus butacas. Velocidad explosiva, regate y pase, todo esto culminado con un misil en el 90 imposible de alcanzar para Olsen. En resumen, un buen comienzo para el Real Madrid en esta Champions que promete grandes cosas.