El Real Madrid obtuvo el 26 de mayo su 13era copa de Champions League. Luego de disputar un duro encuentro contra el Liverpool, el equipo español logró lo que ningún club ha hecho; levantar la ‘orejona’ por tercera ocasión de manera consecutiva.

Apenas finalizó el encuentro y se entregó el trofeo de campeones, los jugadores, cuerpo técnico y directiva emprendieron el viaje de vuelta a Madrid, para celebrar con su fanaticada el preciado triunfo.

Los actos protocolares de tradición

Como ya es costumbre, una vez ha obtenido algún título el Real Madrid realiza una serie de actos solemnes.

Uno de ellos es la acostumbrada visita a la catedral de Almudena, en ella se ofrece la copa obtenida como ofrenda.

Una vez culminada la misa, se dirigen a la Comunidad de Madrid, donde una vez más ofrecen el trofeo. Cuerpo técnico, directiva y jugadores del Real Madrid se dirigen al Ayuntamiento de Madrid con la copa para presentarla a las autoridades.

Una de las tradiciones emblemáticas del Madrid es ir a la plaza de Cibeles. En esta mítica plaza se reúnen los hinchas del equipo merengue, como ya es costumbre. Se dispone una tarima y una grúa para ayudar a los capitanes del equipo blanco a que presenten el trofeo obtenido a la diosa.

Luego de tener unas palabras hacia los miles de aficionados reunidos para la celebración, Sergio Ramos por ser el capitán del equipo y Marcelo en su rol de segundo capitán; atavían a la diosa con bufandas blancas, la visten con la bandera del Madrid y le entregan el premio obtenido.

El espectáculo digno de un campeón

Caída la noche llega el momento de celebrar en grande, el estadio Santiago Bernabéu se viste de gala, pantallas gigantes en el centro del campo y una tarima gigante impresionan a la fanaticada. Uno a uno salen los jugadores del Real Madrid, su hinchada los aplaude y les agradecen el esfuerzo por haber alcanzado el título.

Los focos apuntan a Cristiano Ronaldo, gracias a sus polémicas declaraciones, el portugués acapara la atención mundial.

Sale el portugués al estadio y se produce una sonora ovación. En señal de agradecimiento el jugador besa en dos oportunidades el escudo de su camiseta, el público enloquece y corean: “Cristiano, Cristiano”.

Toma el micrófono y sus palabras avivaron al público: “Esto es lo más grande que me ha pasado, su pasión, su amor me motivan a dar lo mejor de mí. Este soy yo y… 1, 2, 3 Hala Madrid” gritó el portugués, lo que desató en el público la euforia. Público y compañeros gritaban: “¡Cristiano quédate, Cristiano quédate!”. Veremos cómo termina esta historia.