El partido de Copa del Rey definitivamente no será recordado como uno de los más épicos para el Real Madrid, en esta temporada. Si bien han salido ilesos del encuentro deportivo, su técnico reconoce que han tenido suerte por los pelos y les toca esforzarse si quieren mantenerse a la altura.

Dicho acontecimiento ha sido muy comentado por los medios deportivos, los cuales se preguntan que habrá pasado con el Real Madrid. Pero Zidane no agacha la cabeza y es claro y directo a la hora de aceptar la situación.

Zidane, decepcionado tras los resultados del último partido

Borja Mayoral resultó ser una gran decepción aquel día. Desde que entrara para reemplazar a Álvaro Morata, el resto de los atletas del Real Madrid no terminan de tenerlo claro. Y parece que Zidane tampoco.

Es innegable que sus ganas como deportista y su buena actitud, han podido granjearle la simpatía del equipo en general, pero la cosa cambia una vez que se está dentro de la cancha. Por más que siga esforzándose, hay algo que está fallando en la nueva alineación.

Lo que a ellos les gustaría es contar con un crack de verdad, que compense a Morata oficialmente. Una función en la cual Mayoral no ha estado a la altura.

Quien tampoco ha terminado de convencer al técnico blanco es Lucas Vázquez, un atleta del curso pasado que no consiguió llenar sus expectativas.

En la temporada que se avecina, las cosas prometen ponerse bastante fuertes después de los sucesos de Copa del Rey.

El Real Madrid espabila con dos tocados de muerte

Desde que Vázquez quedara relegado por el propio Zidane, se dice que ha estado considerando seriamente su salida del equipo, ahora que se encuentran a finales de curso.

Está claro que el técnico no lamentaría mucho su partida, pues con su deficiente rendimiento, siempre está abierto a mejorar con nuevos fichajes. Aunque este último aspecto es trabajo de Florentino Pérez, el cual siempre está dando de que hablar a la hora de convocar a talentos novedosos.

Por si esto fuera poco, a nadie le han sentado bien los dos tocados que resultaron de este último partido.

Un acontecimiento que dejó a los fanáticos con cierto aire de indiferencia y mucha incredulidad, al ver como los futbolistas de las camisetas blancas se movían por el campo sin suerte excesiva.

Está claro que el Real Madrid sigue siendo un equipo de armas tomar, pero si no aprietan el paso, eso podría pasarles factura en los siguientes encuentros.