Después de la dolorosa derrota en las finales de 2016 que sufrieron los de Steve Kerr ante Cleveland tras ir 3-1 arriba, este año tienen la posibilidad de redimirse y recuperar la corona que lograran en 2015. Precisamente aquella temporada, la primera de esta trilogía ante los Cavs, los Warriors ganaron en The Q para lograr el anillo, algo que podrían repetir esta madrugada (03:00h), aunque más pronto que entonces (del sexto partido al cuarto actual).
No tendrán ante sí a un rival entregado, no al menos si hablamos de LeBron James. El de Akron promedia 32 puntos, 12 rebotes y 10 asistencias en estas Finales, pero excepto el tercer partido donde Irving se unió, el alero está muy solo, demasiado para la defensa de un anillo.
Tristan Thompson apenas tiene una presencia testimonial y apenas es importante en ningún lado de la pista, sobre todo en lo que se supone su mayor virtud, el rebote. Tampoco está brillando JR Smith, a pesar de sus 16 puntos en el Game 3, al igual que un banquillo que parece necesitar una profunda remodelación y una reflexión por parte de Cleveland, el equipo con la plantilla más cara de la NBA.
Con un solo día de descanso, los Cavs están obligados a reponerse del duro golpe que supuso el 3-0, y más tras ir ganando hasta aquel triple decisivo de Kevin Durant a falta de 45 segundos. La defensa de Tyronn Lue no ha sabido frenar las embestidas de su rival y menos las rachas anotadoras de jugadores como Stephen Curry y en especial del ex de Oklahoma, probable MVP de estas Finales, salvo sorpresa mayúscula.
Nadie ha remontado un 3-0 en una eliminatoria, y aunque en 2016 Cleveland levantó un 3-1 en contra por primera vez en la historia, este año parece poco probable que pueda suceder algo así. Los Warriors son aún más peligrosos que entonces y además Klay Thompson se ha unido a la fiesta con una defensa que ya es una de las mejores de la plantilla californiana y recuperando su acierto en el tiro exterior.
El ritmo frenético de los de Steve Kerr ha sido demasiado importante para jugadores como James e Irving, con más de 40 minutos en pista y que han llegado agotados al último cuarto de los partidos. Será clave la capacidad de respuesta de Cleveland y que LeBron pueda implicar al resto de sus compañeros para, al menos, amargarle la fiesta a Golden State y que estos no alcen el trofeo Larry O'Brien en el Quicken Loans Arena. De hacerlo los Warriors esta noche, esta trilogía de finales también sería historia ya que sus campeones siempre habrían logrado el anillo a domicilio. El Game 4 ya está aquí.